La Torre de Babel

¿Sabe usted por quién vota?

Los diputados, locales o federales, muchas veces se vuelven famosos por los acalorados y sesudos debates que sostienen en la sede legislativa, por dormirse en horas de trabajo, por cobrar mucho y por trabajar poco. Algunos senadores, no cantan mal las rancheras.


Sociólogo de formación y reportero por convicción, veo los procesos electorales como la forma menos adecuada de mejorar nuestra democracia y no por una postura negativa, sino porque nosotros como ciudadanos no hemos exigido más de aquellos que nos representan en este sistema.

Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez, son nombres que seguramente se le vendrán a la mente a nuestros lectores, y a prácticamente cualquier persona, si en los últimos meses han tenido acceso a la radio, televisión y redes sociales, pues son espacios plagados de spots publicitarios, pagados por sus partidos.

Un número similar de personas que conocen dichos nombres saben cuál es el cargo de elección popular que están buscando, y una estadística muy similar podría pasar con los gobernadores y presidentes municipales, en sus respectivas demarcaciones.

Pero es ahí donde, a mi consideración, se rompe el hilo del conocimiento político de la gran mayoría de los mexicanos pues muy pocos saben quiénes son los diputados federales, locales y senadores que los representarán en su distrito, es más, muchos no sabemos ni siquiera cuál es nuestro distrito, quiénes son nuestros candidatos y cuál es su función.

Los diputados, locales o federales, muchas veces se vuelven famosos por los acalorados y sesudos debates que sostienen en la sede legislativa, por dormirse en horas de trabajo, por cobrar mucho y por trabajar poco. Algunos senadores, no cantan mal las rancheras.

Es ahí donde entra mi reproche a los ciudadanos, quienes estamos obligados a tener un interés más firme en quiénes son las personas que nos representan, cuáles son sus responsabilidades y cómo podemos exigirles que cumplan lo que prometieron.

Dentro de esta responsabilidad también está el calificar a las personas que aspiran a representarnos, de quienes lo mínimo que se espera es que sepan lo que están haciendo, pues durante este fin de semana pudimos ver que algunos prometen cosas que no está en sus facultades cumplir y otros que ni siquiera saben qué colonias están en su distrito.

En este último rubro me refiero específicamente a Antonio López Ruíz, quien aspira a la diputación federal del Distrito 11 y que al igual que otros perfiles se le hizo buena idea arrancar su campaña en el primer minuto del pasado viernes, en un lugar que no pertenece a su distrito.

Antonio López armó su evento proselitista en la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacán, mostrando aparentemente desconocimiento y siendo ahí donde la masa crítica del electorado debería de entrar a exigirle más a estos aspirantes y exhibirlos cuando cometen un error, situación que no hemos visto en esta ocasión.

¿Será que el creador de las canastitas en verdad no sabía que Totimehuacán no es su distrito?

¿Será que la facción de Antorcha que lo apoya no encontró mejor lugar que ese?

¿Será que José Juan Espinosa le comerá el mandado?

O mejor aún, ¿será que el electorado le dará el verdadero peso a cada error que cometen los candidatos?

Que conste que todas son preguntas y aunque no soy vecino del Distrito 11, deseo que en todos los mexicanos despierte esa necesidad de evaluar mejor a las personas por las que votamos o las que piden nuestro voto.

Recuerden que sus dudas y aclaraciones las recibo con gusto en: [email protected]

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