Puebla Universitaria

Una nueva cultura incluyente, creativa e imponente en la BUAP


Comienzo haciendo una reflexión: es la primera vez que me toca cubrir el informe de labores de una rectora o rector, de la universidad que ustedes quieran nombrar… es mi primera vez.

No tengo algún otro informe como referente, pero recuerdo que en mis tiempos de estudiante en la Facultad de Comunicación de la BUAP, me tocó la visita del entonces rector Enrique Doger a las instalaciones de la escuela en la casa de San Manuel.

Buscaba reelegirse y yo no estaba muy familiarizado con la vida universitaria por cuestiones que en otra ocasión les contaré, pero recuerdo que aquello más parecía un mitin político… y lo era. Enrique Doger sería años después, presidente municipal de Puebla por el PRI.

Los sucesores por supuesto que los recuerdo, pero no quiero abundar en ellos, salvo por el caso de Enrique Agüera, que este día llegó a paso apresurado al CCU para el informe de la Rectora Lilia Cedillo, y empezó a correr cuando reporteras y reporteros, cámaras y celulares en mano intentaron entrevistarlo.

-Hasta corrió… ¡ni que se hubiera robado algo! El comentario de un amigo que sinceramente, nos arrancó la carcajada.

El apoyo a la Doctora Lilia Cedillo, se sintió. No un apoyo de paleros o acarreados, tampoco el de personas interesadas, sino el de gente que ha visto a la Rectora como una persona congruente, una persona respetable pero sobre todo, alguien preocupada por la universidad -la BUAP, por supuesto- y por su comunidad. Y me refiero a comunidad como un todo (alumnos, maestros, administrativos, etc.).

Tranquila, pausada, quizá un tanto nerviosa al principio; así comenzó Lilia Cedillo su primer informe de labores. Lo hizo aclarando que si bien se presentarían números, cifras… su informe sería más sobre las personas, es decir, más cualitativo que cuantitativo.

Sí, son importantes los números, pero la Rectora ha dejado en claro que antes de los números están las personas y esas son las que importan. A lo largo de todo el informe, esa fue la constante.

Una rectora que para no perder el contacto con la comunidad estudiantil y saber de sus inquietudes, decidió seguir dando clases. Y aquí hago un comentario a título personal… los jefes delegan, toman decisiones, dan órdenes; pero los líderes, esos hacen todo eso y algo más: se involucran.

Es así como percibo a Lilia Cedillo.

Habló de ahorros, de programas, de resultados, pero me quedo con la forma en la que refirió a la gente, a los estudiantes, a los maestros. ¿Cuántos jefes o líderes conocen en la actualidad que se preocupen por las personas, por sus necesidades o por su crecimiento? No solo me refiero a lo económico.

“Son 6 mil vidas que podemos cambiar”, dijo la Rectora cuando se refirió al número de estudiantes que atendieron la convocatoria para regularizar sus estudios de nivel medio superior y precisó, “no son un número”.

Sí, me parece que hay una nueva cultura universitaria en la BUAP, sí llena de esperanza el saber que hay jóvenes viviendo esa nueva cultura y me emociona pensar, que esos futuros profesionistas saldrán al campo laboral en unos años, pensando y actuando de una manera diferente, congruente, con valores y sobre todo, preocupados por el prójimo… ojalá que esa nueva cultura universitaria permee no solo en la comunidad BUAP, sino en la sociedad.

¡Enhorabuena!

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