Internacional

Tras suspensión de cumbre de Budapest, Putin supervisa ejercicios nucleares




El presidente ruso Vladimir Putin encabezó este miércoles desde el Kremlin una serie de maniobras nucleares por tierra, mar y aire, en las que participaron las principales ramas de las Fuerzas Armadas de Rusia. El ejercicio coincidió con la decisión de Donald Trump de suspender la cumbre de Budapest, alegando que no tiene sentido reunirse mientras Moscú mantenga su postura sobre Ucrania y rechace un alto al fuego en las zonas de combate.

“Son ejercicios rutinarios, repito, rutinarios”, afirmó Putin en un breve mensaje grabado antes de ordenar, por videoconferencia, el inicio de las pruebas al ministro de Defensa, Andrei Belousov, y al jefe del Estado Mayor, Valeri Guerasimov. Desde el Centro Nacional de Coordinación de la Defensa, los mandos confirmaron que todos los objetivos se cumplieron y explicaron que el propósito era simular el procedimiento de autorización del uso del arsenal nuclear, un proceso que requiere la validación simultánea de los tres altos cargos.

Durante el operativo se lanzó un misil intercontinental Yars desde el cosmódromo de Plesetsk, al norte de Moscú, hacia la península de Kamchatka, a más de seis mil kilómetros de distancia. También participaron el submarino Briansk, que disparó un misil balístico Sineva desde el mar de Barents, y bombarderos Tu-95C, encargados de lanzar misiles de crucero.

Mientras tanto, la Casa Blanca confirmó que no hay planes inmediatos para un encuentro entre Trump y Putin. Desde Moscú, el vocero presidencial Dimitri Peskov señaló que el diálogo no está cancelado, solo “en pausa”, y que un acercamiento de ese nivel requiere “tiempo y preparación cuidadosa”.

En el frente de guerra, Rusia bombardeó la madrugada del miércoles Kiev y cinco regiones ucranianas con 28 misiles —entre ellos hipersónicos— y más de 400 drones. Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques se dirigieron a objetivos militares, aunque autoridades locales denunciaron impactos en zonas civiles. Por su parte, Ucrania respondió con drones contra refinerías en territorio ruso, afectando parte de la producción de combustible.

La suspensión de la cumbre de Budapest también abrió un nuevo debate en Europa. Mientras algunos gobiernos consideran que no debe haber negociaciones con Putin en suelo europeo, otros abogan por mantener canales de diálogo. El alto diplomático lituano Kestutis Budrys declaró que “el único lugar para Putin en Europa es el tribunal de La Haya”.

Aun así, el primer ministro húngaro Viktor Orbán insiste en que su país puede ser “el lugar adecuado” para discutir el futuro de Ucrania. Sin embargo, su propuesta enfrenta un dilema legal: Hungría sigue obligada a arrestar a Putin si pisa su territorio, pese a haber iniciado su salida de la Corte Penal Internacional.

Además, la prohibición de vuelo para aeronaves rusas dentro de la Unión Europea complica cualquier traslado. Moscú necesitaría permisos especiales de los países vecinos para sobrevolar su espacio aéreo. Por ahora, la posibilidad de que Putin viaje a Europa sigue siendo remota, mientras la guerra y las tensiones diplomáticas continúan marcando el rumbo del conflicto.





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