Redacción.- Tras un divorcio y meses de matrimonio sin sexo Nadia Bokody necesitaba un poco de “amor”. Sin embargo, su situación emocional no le permitía intimar con otra persona. Así que decidió acudir a los siempre fieles vibradores.
A sus 34 años nunca había probado uno, a pesar de que esta australiana escribe columnas de sexología y suele dar consejos sobre el uso de juguetes a otras mujeres.
Rápidamente se enamoró de él. “Me obsesioné con su uso y la facilidad y velocidad con la que me permitió sentir placer nuevamente después de meses en un matrimonio sin sexo”, dijo.
“Fue increíblemente liberador y autoritario tomar realmente el control de mi sexualidad de esa manera por primera vez en mi vida adulta”.
Pero no todo fue color de rosa, pues al cabo de unas semanas, comenzó a sentir dolores pélvicos y además cojeaba lo cual la orilló a acudir al médico.
Y a pesar de que le realizaron varias pruebas, todo salió a la normalidad. Fue hasta que tuvieron una entrevista donde, a través de una serie de preguntas, se determinó que la causa de su dolor se debía a que había estado usando demasiado su vibrador, seis veces al día, es decir, 42 veces a la semana, para ser precisos.
La especialista prohibió a la mujer volver a utilizar el juguete sexual en un tiempo para volver a cuidarse.
Asimismo, Nadia aconsejó a las mujeres no abusar del uso de sus vibradores, sobre todo si se encuentran en la velocidad turbo.
“Sin embargo los juguetes sexuales son una gran forma de explorar nuevas fantasías y sensaciones, tanto solas como con un compañero”, aseveró.
