En Huaquechula, la celebración del Día de Muertos no solo destaca por sus majestuosos altares, sino también por el profundo simbolismo que envuelve cada uno de sus detalles, desde los elementos artesanales hasta el vínculo espiritual que se establece entre vivos y muertos. Este 2024, el municipio será sede de 29 altares monumentales, una tradición que ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de Puebla.
Raúl Martín Marín Espinosa, presidente municipal, subrayó que durante su administración se ha reforzado la participación del ayuntamiento en la organización de esta festividad, incluyendo nuevas representaciones temáticas basadas en tradiciones locales. Además, recordó que estos altares han traspasado fronteras, con exhibiciones en países como España y Estados Unidos.
Por su parte, Silverio Reyes Sarmiento, director de Cultura y Turismo, explicó que el Día de Muertos en Huaquechula es un momento único donde se rinde homenaje a los fallecidos de manera especial, con ofrendas que representan un intercambio de bendiciones entre mortales y espíritus. El 28 de octubre se conmemora a quienes perdieron la vida en accidentes, mientras que el 31 de octubre se dedica a los niños fallecidos y el 1 de noviembre a los adultos.
Una de las tradiciones más significativas es el uso de caminos de flores de cempasúchil, incienso y copal para guiar a las ánimas hacia sus altares. Los turistas, más que observadores, son invitados a participar en el ritual, ofreciendo una cerita para recibir la bendición de las almas.
Además de los altares familiares, la comunidad prepara ofrendas comunitarias, como la dedicada a aquellos que no son recordados, hechas con elementos sencillos como palos y piedras. Huaquechula se convierte en un espacio donde la hospitalidad incluye tanto a los vivos como a los muertos.
Durante los días de la celebración, habrá talleres que permitirán a los visitantes conocer los procesos artesanales detrás de los alfeñiques y el chocolate, así como actividades que exploran las costumbres mortuorias de la región. Entre ellas, se destaca el Paseo de Xolo, una procesión dedicada a las ánimas solas, y el Camino de las Ánimas, que permitirá a los asistentes entender a fondo esta tradición.
Reyes Sarmiento destacó que los altares de Huaquechula, con sus tres niveles, son comparables a retablos efímeros de la época novohispana, lo que los convierte en un tesoro cultural que la comunidad ha sabido preservar a lo largo de los años. Cada nivel de estos altares tiene un significado particular, desde la comida y las ofrendas en el primer nivel, hasta el acceso al cielo en el tercero, adornado con flores, velas y agua.
