Biológicamente, la pubertad es el primer paso a la adolescencia. Aquí es cuando tu cuerpo comienza a cambiar, te sale “pelito” donde no tenías, el acné es el terror entre tú y tus amigos y las cosas comienzan a tomar un poco de sentido… bueno, según tú.
De acuerdo una revista médica, le podemos echar la culpa al desarrollo industrial por este proceso de adolescencia más largo pues, según explican, este avance ha permitido mejoras en la salud lo que, en consecuencia, permite que nuestro cuerpo y cerebro continúen desarrollándose hasta pasados los 20 años.
The Lancet explica que en los últimos 40 años, roles que todo “joven adulto” debería tener (independencia económica, buen empleo, matrimonio, etc.) han estado retrasándose.
La revista pone como ejemplo la situación de España, donde la edad media para casarse es de 35 años, mientras que en las mujeres es de 32 (piensa en esto cuando en las cenas familiares tus tías te preguntes “¿y tú pa’ cuándo?”).
La Doctora Sawyer de la Universidad de Melbourne y quien también escribió el informe, sugirió que este cambio debería institucionalizarse, para que así existan leyes que permitan que estos “adolescentes” sean protegidos hasta los 25 años (no te emociones NINI, sólo fue una sugerencia).
Por su parte, Jac Macvarish, sociólogo parental, dijo que la madurez de los adolescentes se determina por “la expectativas que la sociedad pueda tener en ellos” y no por su crecimiento biológico.
El experto agregó que la ampliación de la adolescencia significaría, entonces, que esas expectativas en los jóvenes se han reducido, cuando no es como que por estar en la universidad a los 20 años o andes de chamba en chamba buscando tu lugar, sea “necesariamente infantil”.
Por: Sopitas
