Llamada entre Donald Trump y Xi Jinping, ¿logrará destrabar la guerra arancelaria?


Después de meses de tensión y declaraciones cruzadas, los presidentes de Estados Unidos y China, Donald Trump y Xi Jinping, finalmente retomaron el contacto con una llamada telefónica que podría marcar un nuevo capítulo en su complicada relación comercial.
La conversación, confirmada por medios estatales chinos, se dio a petición de Trump y llega justo cuando las negociaciones entre ambas potencias parecían estancadas, a pesar de un acuerdo temporal alcanzado semanas atrás. Dicho pacto había logrado una breve pausa en la guerra de aranceles, fijando una reducción mutua durante 90 días: Washington bajó sus tarifas del 145 % al 30 %, mientras Pekín hizo lo propio del 125 % al 10 %. Pero los ánimos volvieron a calentarse cuando cada parte acusó a la otra de incumplir lo pactado.
Antes del intercambio, Trump publicó en su red Truth Social que, aunque le cae bien Xi, no es fácil llegar a acuerdos con él. “Siempre me ha gustado, pero es muy duro”, escribió, dejando claro el tono complejo de la relación bilateral.
Desde EE.UU., el secretario de Comercio, Howard Lutnick, acusó a China de retrasar la firma del acuerdo de manera intencionada y advirtió que, si se cierra el acceso al mercado estadounidense, las consecuencias serían graves para la economía china. Pekín, por su parte, negó haber incumplido el acuerdo y devolvió el golpe señalando nuevas restricciones impuestas por Washington, como controles a la exportación de chips de inteligencia artificial y límites a estudiantes chinos.
Aunque el contenido exacto de la llamada aún no ha sido revelado, el simple hecho de que ambos líderes hayan hablado directamente vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de un diálogo que calme las aguas.