Tlaxcala

Inauguran “magna” obra de la UATx con deficiencias en otras áreas

Estudiantes y docentes afirman que había otras necesidades en la universidad




Redacción.- La tarde del viernes, con bombo y platillo se inauguró la nueva Torre de Rectoría de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, obra que no está concluida pero que tuvo una inversión de 20 millones de pesos, conformada por recursos del Gobierno Federal, Estatal y la propia universidad.

Sin embargo, docentes, investigadores y comunidad estudiantil no está conforme con la también emblemática obra arquitectónica o “torre más grande Tlaxcala”, cuando consideran primero, que la asignación del recurso para su construcción, se hizo de manera arbitraria.

Cuando la universidad al mando del rector Serafín Ortiz Ortiz, destinó millones de pesos a erigir una construcción, hasta el momento nada funcional; cuando la UATx necesitaba ese dinero para mejorar las instalaciones, para poner siquiera papel higiénico en los baños, por decir lo menos.

En poder de la Redacción de Callejero Noticias, está una carta elaborada por la comunidad estudiantil y docente, que se dice inconforme con la disposición de recursos sin transparentarlos, y la falta de atención en otras áreas donde ese dinero podría mejorar las condiciones para desempeñar sus funciones.

Tlaxcala de Xicohténcatl, Tlaxcala a 03 de octubre de 2025.

A todxs lxs universitarios, en especial a quienes estudian o laboran en universidades públicas.

A toda la ciudadanía, en especial a los tlaxcaltecas.

El día de hoy se hizo la entrega formal de la estructura de la nueva torre de rectoría de la Universidad Autónoma de Tlaxcala al Honorable Consejo Universitario de la misma institución, que según presume el actual rector: es la torre más alta de Tlaxcala.

A lo mejor es casual, pero es significativo que sea un día después de la conmemoración de los acontecimientos del 2 de octubre del 68. Fecha en la que podríamos recordar también los textos que Don Gastón García Cantú, elaboró respecto de la defensa de la autonomía universitaria que lideró el Rector de la Universidad Nacional Javier Barros Sierra y sus propias reflexiones sobre la Universidad y la Antiuniversidad, dónde defiende la libertad de pensamiento que para florecer necesita de esa autonomía.

Entrados en ese tema, podemos recordar también a otro paladín de la autonomía universitaria y gran analista de la teoría de la democracia, como lo fue Porfirio Muñoz Ledo, quien en épocas del autoritario PRI, fue un gran promotor del proyecto que elevaría a la Constitución esa garantía para la educación superior pública.

Digo que es significativo que fuera un día después, porque pareciera que hay que darle vuelta a la hoja. El 2 de octubre ya pasó y hay que aprovecharse de esa autonomía necesaria para la libertad de pensamiento y sobre todo para el pensamiento disidente o divergente y ostentarla como guarda segura de lo que representa en la Universidad Autónoma de Tlaxcala: la del ejercicio autoritario resguardado por cotos de poder que se amparan en ese activo malversado de la autonomía, que lo libra de la rendición de cuentas.

En esta universidad que ahora presume tener la torre más grande del estado, no se permite disentir, no tiene contrapesos reales, no tiene un Congreso Universitario que discuta y promueva una construcción democrática al interior de la universidad, dónde por cierto, no hay suficiente representación estudiantil que pueda siquiera presentar un proyecto. Al que diverge, cuando menos se le censura, se le amenaza o se le persigue. Historias sobran sobre profesores de diferentes centros y facultades que se atrevieron a pensar algo distinto, o que hicieron algo que fue visto como amenaza, claro sólo se puede decir en los pasillos, sino el riesgo de expulsión o de cese definitivo es mayúsculo.

¿Quién aprobó el proyecto de la torre? ¿Quién vigila el ejercicio presupuestal? ¿Quién definió que esa era prioridad? Podríamos pensar que el que no sabe que en ninguna facultad, escuela o centro de investigación de la UATx existen siquiera conexiones de internet que permitan mantener sesiones académicas con la tranquilidad de que se puede utilizar el recurso para una clase. Mucho menos aulas para mantener sesiones sincrónicas, que después de la pandemia son comunes en todos los centros educativos o en los que se pueda establecer relación con otros centros o universidades, o cubículos medianamente dignos para profesores o investigadores. A lo mejor el que no sabe que no hay materiales en los laboratorios, equipamiento medianamente funcional o siquiera papel en el baño. Tal vez el que no sabe que para realizar un evento tiene que costear todos los gastos porque no hay presupuesto ni para toallas de papel en los baños de la Casa de Seminarios -dónde, por cierto, tampoco hay infraestructura para sesiones que se enlacen con otras instituciones-. Pero no se aprueba por formalidad, para que obste en documentos, pero en realidad se decidió por una sóla persona.

Pareciera que lo académico no es primordial en la UATx, pero no se puede discutir, no se puede opinar en contrario, no se puede gestar otro proyecto, eso se ejerce desde la autoridad autónoma y unipersonal del Rector, la autonomía acá es antiautonomía, como al parecer es antiuniversidad.

Ese acto de entrega a un Consejo inoperante efectivamente parece el elogio a la virilidad patriarcal autoritaria de ética dudosa: podemos presumir que la tenemos más grande.

Atentamente

@@@

P.d. Desgraciadamente, no puedo firmar porque aquí terminaría mi carrera. De ese tamaño la dictadura autónoma tlaxcalteca.

Hasta aquí la carta.

Quienes la envían, aseguran que hay más irregularidades en la máxima casa de estudios de Tlaxcala, que durante años ha quedado en manos de la familia Ortiz Ortiz, y que se ha beneficiado de ella otorgando contratos a través de una empresa de construcción de su propiedad.





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