Habemus Papam

Después de varios días de expectativa y cuatro rondas de votación, finalmente se escucharon las campanas que marcan el inicio de un nuevo capítulo para la Iglesia católica: el cónclave ha elegido a un nuevo Papa.
Fue alrededor de las 17:30 horas cuando una columna de humo blanco comenzó a salir de la chimenea instalada en lo alto de la Capilla Sixtina. Apenas se hizo visible, la multitud reunida en la Plaza de San Pedro estalló en gritos y aplausos. La señal era clara: los cardenales habían llegado a un acuerdo.
Minutos después, el repique de las campanas de la Basílica de San Pedro confirmó lo que todos esperaban: hay nuevo Sumo Pontífice. Así concluye el proceso que arrancó tras la muerte del Papa Francisco, con una nueva figura al frente del Vaticano.
El cónclave, conformado por 133 cardenales provenientes de distintas partes del mundo, necesitaba alcanzar un mínimo de 89 votos para que uno de los nombres puestos sobre la mesa fuera elegido como nuevo líder espiritual de los católicos. En la cuarta votación, ese consenso finalmente llegó.
Durante la jornada, el ambiente en el Vaticano fue de tensión contenida. La expectativa crecía con cada minuto. Al inicio de la tarde, el humo que salía aún era oscuro, lo que indicaba que no había acuerdo. Pero cuando todo parecía encaminado a una quinta ronda, el giro llegó: la esperada fumata blanca comenzó a elevarse, lenta pero firme, confirmando que la decisión estaba tomada.
Afuera, en la plaza, miles de fieles, peregrinos y turistas que habían esperado durante horas, algunos desde la madrugada, celebraron el momento con vítores y oraciones. Las cámaras captaron abrazos, lágrimas y móviles en alto registrando cada segundo.
Ahora, solo falta que el nuevo Papa aparezca en el tradicional balcón central de la basílica para saludar por primera vez a los fieles y pronunciar sus primeras palabras como líder de la Iglesia católica. Con ese gesto se completará un proceso que, aunque breve en tiempo, representa una transición importante en la historia de la fe católica.