Internacional

Graciela Iturbide, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025




La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide acaba de recibir uno de los mayores reconocimientos en el mundo de las artes: el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025. Con una carrera que ha atravesado fronteras y épocas, Iturbide ha hecho de su lente una forma de mirar de frente la identidad, los rituales y la cotidianidad de América Latina, especialmente México.

Desde hace décadas, su cámara ha sido testigo de tradiciones que resisten el paso del tiempo, de paisajes que hablan y de rostros que cuentan historias sin decir una sola palabra. El jurado que le otorgó este premio destacó precisamente esa capacidad de mezclar lo documental con lo poético, de lograr que cada imagen sea una especie de poema visual. Sus fotografías en blanco y negro no solo muestran lo que está frente a la lente, sino lo que se esconde detrás: emociones, símbolos, raíces.

La propuesta para su candidatura vino del embajador de España en México, Juan Duarte Cuadrado, y fue respaldada de forma unánime por los miembros del jurado, quienes sesionaron de forma virtual tras un apagón que obligó a posponer la reunión programada originalmente.

Una mirada que trasciende

A lo largo de más de 50 años, Graciela Iturbide ha recorrido comunidades indígenas en México, Panamá, Cuba y hasta Madagascar. Cada viaje, cada encuentro, ha dejado huella en una obra que resulta esencial para entender la evolución de la fotografía en Latinoamérica. Lejos de retratar paisajes exóticos, su trabajo se sumerge en lo cotidiano para revelar su complejidad, su belleza y su resistencia.

La directora de museos como el Centro Pompidou de París, el Museo de Arte Moderno de San Francisco o el Museo de la Fotografía de Hokkaido han abierto sus puertas a su obra, que también ha sido galardonada con premios de alto calibre como el Hasselblad en 2008 y reconocida por PhotoEspaña en 2010.

Graciela nació en la Ciudad de México en 1942, en una familia numerosa. Comenzó estudiando cine en el CUEC en 1969, pero una tragedia personal —la muerte de su hija de seis años— la llevó a abandonar ese camino para volcarse completamente en la fotografía. En ese proceso, la influencia de su maestro Manuel Álvarez Bravo, con quien trabajó como asistente, fue determinante.

Durante los años 70 recorrió América Latina con su cámara, desarrollando un estilo propio, donde lo indígena y lo poscolonial se entrelazan. Lo suyo no es folclor ni realismo mágico, sino una exploración del “tempo mexicano”, como ella lo llama: esa mezcla única de solemnidad y cotidianidad.

Imágenes que ya son historia

Una de sus fotografías más reconocidas es Nuestra Señora de las Iguanas, tomada en 1979 en Juchitán, Oaxaca. En ella, una mujer aparece con iguanas sobre la cabeza, como una corona. La imagen se convirtió en ícono y dio nombre a la novela gráfica Iguana Lady (2018), que recoge la vida y obra de Iturbide a través del trazo de Zeke Peña y el guion de Isabel Quintero.

Su interés por las costumbres populares la llevó a retratar también la cultura zapoteca, proyecto que culminó en el libro Juchitán de las mujeres, con textos de Elena Poniatowska. La influencia de su formación católica también se deja ver en muchas de sus composiciones, que remiten a escenas bíblicas o míticas sin caer en el exceso.

Iturbide ha mostrado su trabajo en decenas de espacios internacionales, pero también ha tenido una fuerte presencia en España. Sus exposiciones han pasado por Madrid, Granada y Palma de Mallorca, y ha participado en proyectos colectivos como la Expo Sevilla 92 o India-México. Vientos paralelos, junto a grandes como Sebastiao Salgado.

En su haber acumula distinciones como el Grand Prix Mois de la Photo (París), el International Grand Prize de Hokkaido (Japón), el Premio Nacional de Ciencias y Artes (México) y el Sony World Photography Award. También ha recibido doctorados honoris causa en fotografía y artes por instituciones como Columbia College Chicago y el San Francisco Art Institute.

Premio a una trayectoria luminosa

El Premio Princesa de Asturias de las Artes reconoce el trabajo de figuras que han aportado al mundo con su visión en disciplinas como la fotografía, la música, la danza o el cine. En años anteriores lo han recibido artistas como Joan Manuel Serrat, Marina Abramović, Meryl Streep, Martin Scorsese y John Williams.

Hoy, Graciela Iturbide se suma a esa lista, llevando consigo las historias, rostros y paisajes que ha capturado durante décadas. Con su mirada, nos invita no solo a ver, sino a observar con atención aquello que muchas veces pasa desapercibido. Su obra no se trata solo de fotografías: es una forma de entender el mundo.





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