Seguridad

Exigen esclarecer el feminicidio de Estefanía ocurrido en Xicotpec




“Fany no se suicidó, la mataron”: exigen justicia en la Fiscalía de Puebla

Este domingo, frente a la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE), veladoras blancas, flores y pancartas llenaron la explanada. Un grupo de jóvenes, encabezado por Vania, amiga de la víctima, alzó la voz exigiendo justicia para Estefanía N., la joven de 21 años que fue brutalmente asesinada en Xicotepec. “Fany quería cantar y el sistema permitió que la callaran”, se leía en una de las cartulinas.

Vestida de blanco y con un pañuelo morado en el cuello, Vania tomó el micrófono y fue clara: “Estamos aquí porque nos duele, porque exigimos justicia. Fany no se suicidó, la mataron, y no vamos a permitir que su caso quede en el olvido”. Sus palabras resonaron entre los asistentes, quienes sostuvieron carteles con frases como “Ni una asesinada más” y “Dejar de luchar es empezar a morir”.

El cuerpo de Estefanía fue hallado el 25 de marzo en una bodega de plásticos en Xicotepec. Tenía más de 40 puñaladas y golpes en la cabeza. Sus manos cubrían su rostro, en un último intento de protegerse. Según denunció Vania, los dueños del lugar limpiaron la escena antes de que llegaran las autoridades, y uno de los sospechosos huyó a Tamaulipas.

En la protesta, Vania también cuestionó la rapidez con la que la Fiscalía manejó la escena del crimen. “El acordonamiento duró muy poco, ni siquiera clausuraron la bodega. Tenemos los nombres de los dueños, sabemos quién usaba ese lugar y quién escapó”, declaró.

Entre lágrimas, recordó que Fany ya no trabajaba en esa bodega, pero que quien la atacó tenía algún vínculo con los propietarios. “Los dueños retrasaron la intervención de la policía. Algo saben y deben ser investigados”, afirmó.

Vania subrayó que fue necesario presionar para que el caso no se cerrara como suicidio. Además, recordó que en redes sociales, Fany había denunciado acoso y que alguien la fotografiaba sin su consentimiento.

Fuentes policiales indicaron que el cuerpo de Estefanía tenía signos de violencia física y posiblemente sexual. Sin familia cercana, tras perder a su madre durante la pandemia y sin conocer a su padre, sus amigos se convirtieron en su refugio. Hoy, son ellos quienes exigen respuestas y justicia para que su caso no quede impune.





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