Redacción.– En la Catedral de Puebla, el Arzobispo Víctor Sánchez Espinosa encabezó la Misa Crismal, una ceremonia en la que se bendicen los Santos Óleos y se consagra el Santo Crisma, utilizados para administrar los sacramentos.
En su homilía, el Arzobispo criticó a aquellos grupos que buscan sacar provecho de la violencia, prometiendo soluciones a los más necesitados solo para llegar al poder y olvidarse de sus promesas una vez que lo obtienen.
“Jesús no quiere que sus discípulos se sirvan a sí mismos o busquen estar por encima de los demás”, mencionó Sánchez Espinosa, haciendo un llamado a la acción para combatir la violencia que aqueja a la sociedad.
Durante la celebración, el Arzobispo también recibió la renovación de las promesas sacerdotales por parte del clero poblano, un compromiso anual con las enseñanzas de Jesús.
El Óleo de los Catecúmenos se utiliza para ungir a los que van a ser bautizados, simbolizando la fuerza de Cristo para enfrentar las tentaciones. El Óleo de los Enfermos se usa para ungir a los enfermos graves, brindándoles perdón y fortaleza espiritual. El Santo Crisma, por su parte, se utiliza en los sacramentos de bautismo, confirmación y ordenación sacerdotal, confiriendo al cristiano la participación en las funciones de Cristo.
En un contexto de violencia e incertidumbre, la Misa Crismal se convierte en un espacio de reflexión y esperanza, donde se renueva el compromiso con la justicia y la paz.
La Arquidiócesis de Puebla cuenta con más de 400 sacerdotes diocesanos y 250 sacerdotes religiosos que atienden las 317 parroquias y las obras pastorales diocesanas
Los Santos Óleos y el Santo Crisma son símbolos de la unción y la fortaleza que Dios ofrece a su pueblo a través de la Iglesia. La Misa Crismal es un recordatorio del compromiso de los cristianos para ser instrumentos de paz y transformación en el mundo.
