Eduardo conserva la confianza de la capital rumbo al 2024

Que Eduardo Rivera Pérez siga siendo la carta más fuerte de la oposición para encarar las elecciones gubernamentales en el 2024 no es casualidad, pues no solamente es el alcalde con la mayor aceptación a nivel estatal sino también uno de los mejor ubicados a nivel nacional.

A más de un año de haber llegado al cargo de presidente municipal de Puebla –el cual ocupa por segunda vez–, Rivera Pérez ha sabido manejar las crisis para que su aceptación se mantenga por arriba del 50 por ciento, según la encuesta de Mitofsky sobre Alcaldes de México.

Al cierre del 2022, Rivera Pérez tuvo una aceptación del 50.1 por ciento, lo cual lo ubica como el alcalde más aceptado por sus gobernados de los ediles poblanos que aparecen en el ranking, muy por arriba del paupérrimo Edmundo Tlatehui, de San Andrés Cholula; de Paola Angon, de San Pedro Cholula; y de Pedro Tepole, de Tehuacán.

Pero además de eso, destaca que Rivera Pérez ocupa el lugar siete entre los 10 alcaldes con mejor aceptación, de aquellos municipios con más de un millón de habitantes, es decir, las ciudades más importantes del país.

Con esas cartas, no es de sorprender que Eduardo Rivera Pérez sea (y muy probablemente siga siendo) el mejor perfil que tenga Acción Nacional de cara al 2024, esto sin dejar de lado que aún está pendiente ver si el PRI decide volver a jugar como oposición o decide adoptar un perfil más cómodo como aliado.

Ojo, todo lo anterior no quiere decir que Eduardo Rivera pueda tirarse a la hamaca y dejar que la obra pública o los programas sociales hagan todo el trabajo, pues no podemos dejar de valorar ciertas coyunturas y problemas sociales que pueden jugarle en contra.

Por ejemplo, que en apenas 10 días hayan calcinado a cinco personas en la zona metropolitana, es algo que no puede pasarse por alto y seguramente Consuelo Cruz deberá de buscar hasta debajo de las piedras cualquier información que sirva a la Fiscalía para esclarecer estos acontecimientos.

Todo juega en la aceptación de la ciudadanía y si se permite que un eslabón se doble, puede repercutir directamente en la solidez de toda la cadena.

También es justo señalar que los problemas de inseguridad siempre han estado, en distintas formas y en distintos momentos, sino basta con revisar los números que dejó en la incidencia delictiva el finado Miguel Barbosa.