Día internacional de las Trabajadoras del Hogar

Cada 30 de marzo se conmemora el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, una fecha clave para reconocer el esfuerzo de millones de personas, en su mayoría mujeres, que dedican su vida al cuidado y mantenimiento de los hogares. A pesar de ser un pilar fundamental en la vida cotidiana, su labor sigue siendo una de las más invisibilizadas y precarizadas.
El trabajo doméstico implica jornadas extensas, sueldos bajos y, en muchos casos, la falta de prestaciones básicas. Durante décadas, estas labores han sido vistas como una extensión de las responsabilidades familiares, lo que ha dificultado su reconocimiento como empleo formal. Esta situación ha llevado a la exclusión de las trabajadoras del hogar de derechos fundamentales como la seguridad social, un salario digno y condiciones laborales justas.
Las tareas que desempeñan van mucho más allá de la limpieza y la cocina. Cuidan niños, personas mayores y enfermas, brindan apoyo emocional y mantienen en funcionamiento miles de hogares. Su impacto no solo es vital a nivel familiar, sino también en la economía global, aunque muchas veces este aporte pase desapercibido.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el empleo doméstico representa una parte importante de la economía de numerosos países. Sin embargo, en muchos lugares sigue sin recibir el reconocimiento que merece. La falta de regulaciones adecuadas ha perpetuado condiciones de vulnerabilidad para quienes desempeñan esta labor.
A pesar de los obstáculos, en los últimos años ha habido avances significativos. En 2011, la OIT aprobó el Convenio 189, un acuerdo histórico que establece que las trabajadoras del hogar deben contar con los mismos derechos que cualquier otro trabajador. Esto incluye acceso a un salario justo, jornadas laborales establecidas y condiciones seguras.
En países como México, se han dado pasos importantes para formalizar este sector. El acceso a la seguridad social a través del IMSS y nuevas leyes que regulan sus derechos han sido logros clave en la búsqueda de mejores condiciones. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para que estas reformas se reflejen en una mejora real de su calidad de vida y trabajo.
Visibilizar y dignificar el trabajo del hogar es una tarea pendiente en muchas sociedades. La conmemoración del 30 de marzo no solo es un recordatorio de los desafíos que enfrentan estas trabajadoras, sino también una oportunidad para impulsar cambios que garanticen el respeto y la justicia laboral para quienes sostienen, muchas veces en silencio, la base de tantos hogares.