Redacción.- Un operativo conjunto entre la Guardia Estatal de Tamaulipas y elementos militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) asestó un duro golpe a la capacidad operativa de un grupo delictivo en Reynosa, al lograr la detención de un presunto operador de drones adaptados para el ataque con explosivos. En el lugar, las autoridades aseguraron un arsenal tecnológico y bélico que pone de manifiesto la sofisticación armamentística utilizada en la violenta disputa territorial que azota la región.
La captura se concretó durante el desarrollo del operativo “Frontera Norte”, derivado de una investigación de inteligencia. El sospechoso, cuya identidad no fue revelada pero fue confirmado como miembro de una célula criminal, fue localizado en un domicilio junto con un vehículo que contaba con reporte de robo.
El aseguramiento más relevante, sin embargo, se centró en el arsenal incautado. Entre los objetos decomisados se contabilizaron un total de 18 drones, aeronaves no tripuladas que el crimen organizado ha comenzado a utilizar como armas aéreas, y 151 artefactos explosivos específicamente diseñados para ser acoplados y lanzados desde estos dispositivos.
Adicionalmente, las autoridades confiscaron dos dispositivos explosivos improvisados (DEI), comúnmente conocidos como IED, lo que subraya la naturaleza de la amenaza. El inventario del decomiso se completó con:
- Tres sistemas anti-drones.
- Dos armas de fuego.
- 26 cargadores.
- 44 cartuchos de diversos calibres.
Este aseguramiento masivo ocurre en un contexto de intensa violencia regional. Reynosa, Río Bravo y municipios aledaños han sido el epicentro de una cruenta pugna por el control territorial que se ha intensificado desde abril de 2023. Los informes de inteligencia apuntan a un conflicto abierto entre facciones del Cártel del Golfo y células asociadas al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), que buscan imponer su dominio en el Valle de San Fernando y otras zonas estratégicas de Tamaulipas.
La utilización de drones para el ataque con explosivos representa una peligrosa escalada en el armamento de los cárteles mexicanos, imitando tácticas observadas en conflictos internacionales. La detención de este operador y la incautación del arsenal tecnológico se considera un paso crucial para desmantelar la infraestructura de guerra aérea empleada por el crimen organizado en el noreste del país.
