El 21 de agosto se convirtió en un día inolvidable para September Vélez. Tras más de tres meses de espera, finalmente pudo reencontrarse con sus dos hijos, a quienes no veía desde que fueron sustraídos por su expareja, el médico Armando Sigala. El momento, lleno de lágrimas y abrazos, fue compartido por la propia nutrióloga en redes sociales, donde mostró la emoción de volver a tenerlos en casa.
El camino no fue sencillo. Durante semanas, el proceso legal se alargó por audiencias pospuestas que buscaban retrasar la decisión de un juez. Sin embargo, ese mismo día, además del reencuentro, llegó otra resolución clave: Sigala quedó bajo prisión preventiva oficiosa, acusado de violencia familiar y sustracción de menores.
El caso había tomado relevancia desde junio, cuando pese a las pruebas presentadas por September —entre ellas videos de agresiones, amenazas con arma de fuego y hasta una bala como evidencia—, un juzgado civil otorgó de forma temporal la custodia de los pequeños a su padre. Esa decisión desató una batalla legal que mantuvo a la madre alejada de sus hijos durante 98 días.
La defensa de Vélez, a cargo del Corporativo Jurídico B&B, celebró la resolución y aseguró que continuarán impulsando el proceso hasta garantizar justicia. En un comunicado, subrayaron que lo ocurrido refleja la urgencia de fortalecer los mecanismos de protección a víctimas de violencia familiar.
Por su parte, September compartió un mensaje donde describió el abrazo con sus hijos como símbolo de “libertad, verdad y dignidad”. Aseguró que, después de todo lo vivido, lo más importante es que sus pequeños podrán dormir nuevamente en su propia cama, sin temor y bajo su cuidado.
Aunque el proceso judicial continúa, el reencuentro marcó un respiro en la lucha de la nutrióloga poblana, quien insiste en que su caso debe visibilizarse para evitar que otras mujeres enfrenten las mismas trabas legales al denunciar violencia.
