Salud

“Cuello tecnológico”, qué es y cómo evitarlo




Lo que parece un hábito cotidiano, sin consecuencias inmediatas, se ha relacionado con molestias crecientes en el cuello y la espalda. A este fenómeno se le conoce como “cuello tecnológico”, y aunque no está reconocido como enfermedad, cada vez despierta más interés entre médicos y fisioterapeutas.

El tiempo frente a la pantalla lo explica todo. Estudios recientes calculan que un usuario promedio pasa unas 4 horas y 37 minutos diarios con el teléfono en la mano, lo que equivale a más de un día entero por semana inclinado hacia adelante. Esa postura, aparentemente inofensiva, implica un esfuerzo adicional para la columna.

Los cálculos biomecánicos muestran que cuando la cabeza se inclina unos 60 grados, la presión que soporta el cuello aumenta de 5 a más de 27 kilos. Esa carga repetida puede traducirse en tensión muscular y dolor en hombros y espalda. Encuestas internacionales estiman que entre la mitad y hasta el 80% de quienes usan pantallas por largos periodos reportan molestias. Entre los menores, la proporción también es alta: siete de cada diez niños que pasan más de cinco horas frente a dispositivos refieren síntomas similares.

Aun así, especialistas como Jan Hartvigsen, epidemiólogo de la Universidad del Sur de Dinamarca, advierten que no se trata de una “nueva enfermedad”. Explica que la mayoría de los estudios disponibles son pequeños, se basan en encuestas y no demuestran relación causa-efecto. Recuerda que en otras épocas también hubo alarmas similares: desde los viajes en tren hasta la llegada masiva de las computadoras, siempre hubo preocupaciones sobre la postura.

Lo que sí está comprobado es que el dolor de cuello existe y es una de las molestias musculoesqueléticas más frecuentes. Su origen, aclaran los expertos, es multifactorial: influyen el estrés, la calidad del sueño, la falta de actividad física y los hábitos diarios. El consejo es moverse más, hacer pausas, estirarse y mantener el cuerpo en actividad.

Los fisioterapeutas señalan que el problema no es mirar una pantalla, sino hacerlo de forma continua y sin cambios de postura. Sarah Court, especialista en Los Ángeles, explica que la cabeza pesa entre 4 y 5 kilos y al adelantarse se genera un desbalance que, con el tiempo, puede afectar la movilidad. En personas mayores, esa tensión puede agravarse debido a la pérdida de masa muscular y la degeneración de los discos de la columna.

Entre las recomendaciones más prácticas están usar soportes para mantener la pantalla a la altura de los ojos, tomar descansos breves cada 30 o 40 minutos, alternar posiciones y realizar ejercicios sencillos para fortalecer cuello y espalda. Incluso algo tan simple como caminar un par de minutos, levantar los brazos o apoyar la cabeza contra la pared puede marcar la diferencia.

El consenso de los especialistas es claro: más que buscar posiciones perfectas, se trata de variar los movimientos a lo largo del día. En palabras de la biomecánica Katy Bowman, “sentarse es como un deporte; lo practicamos varias horas al día, así que conviene entrenar al cuerpo para hacerlo sin dolor”.





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