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Continúa el robo clandestino de restos humanos en cementerios de Ciudad de México


El robo de restos humanos en los cementerios de Ciudad de México para realizar rituales de santería o “magia negra” sigue siendo un problema persistente. A pesar de los esfuerzos de las autoridades para reforzar la seguridad, el delito no ha sido completamente erradicado, como se evidenció recientemente en el panteón civil San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa.

El pasado 5 de junio de 2023, dos mujeres fueron detenidas por la Policía Auxiliar (PA) de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) mientras intentaban llevarse restos humanos del panteón San Nicolás Tolentino.

Estas mujeres admitieron que pretendían utilizar los huesos, incluyendo vértebras y un fémur, en rituales de santería. Afortunadamente, las medidas de seguridad implementadas desde el caso del bebé Tadeo evitaron que lograran su cometido.

Las mujeres, de 36 y 42 años, fueron detenidas y puestas a disposición del Ministerio Público. Además, se informó a la administración del panteón sobre los hechos.

Las autoridades señalaron que desde septiembre de 2022, cuando se intensificaron las medidas de seguridad en el cementerio de San Nicolás Tolentino, se han detenido a 12 personas que han sido presentadas ante el Ministerio Público de la Ciudad de México por el robo de restos humanos y otros artículos, como cruces y lápidas.

A pesar del reciente intento de robo de restos óseos, el personal del panteón considera que se ha reducido significativamente el saqueo de restos humanos y tumbas. La alcaldía de Iztapalapa ha instruido una mejora sustancial en la vigilancia, tanto con la presencia de más policías como con la implementación de tecnología de vanguardia.

Actualmente se utilizan cuatro drones para labores de seguridad, tres de ellos operando durante el día y uno durante la noche.

Asimismo, se han instalado 100 cámaras de seguridad, 64 de las cuales están en funcionamiento y conectadas al C5. Dos torres con cámaras con un alcance de hasta cinco kilómetros cada una, junto con 24 cámaras de circuito cerrado en puntos estratégicos, contribuyen a inhibir posibles actos de corrupción o complicidad por parte del personal del camposanto.

Aunque el robo de restos humanos aún persiste, no se ha registrado un caso tan impactante y trágico como la exhumación clandestina del bebé Tadeo, quien fue trasladado a un penal de San Miguel en Puebla y encontrado entre la basura.

Aunque es común encontrar huesos expuestos en ciertas áreas del vasto panteón debido a la antigua legislación que permitía la exhumación después de cierto período, se está trabajando en tapar dichos restos y mejorar las condiciones de seguridad en general.

Con información de La Silla Rota.

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