Atentado en Moscú deja 133 muertos y amenaza la paz mundial
Un atentado en la región de Moscú ha dejado un saldo de al menos 133 muertos y un reguero de incógnitas. El ataque, perpetrado en la sala de conciertos Crocus, se ha convertido en el más sangriento de la historia reciente de Rusia.
El presidente Vladimir Putin, en un discurso a la nación, prometió venganza y señaló a Ucrania como posible responsable. “Rusia identificará y castigará a todos los que prepararon este ataque terrorista”, declaró Putin, quien mencionó que los autores materiales intentaron huir hacia territorio ucraniano.
Sin embargo, Kiev niega rotundamente cualquier participación en el atentado. “Las acusaciones rusas son mentiras y un sinsentido”, afirmó Andriy Yusov, portavoz del GUR, la inteligencia militar ucraniana. Yusov recordó que la frontera entre ambos países está militarizada y controlada por el ejército ruso, por lo que la huida de los terroristas sería improbable.
Las autoridades rusas, por su parte, sostienen que los cuatro autores materiales del ataque se dirigían a Ucrania. El FSB, el servicio secreto ruso, informó de la detención de 11 personas en la región de Briansk, cuatro de ellas acusadas de ser los autores de la masacre.
El Estado Islámico (ISIS) ha reivindicado la autoría del atentado, a través de una rama que opera en Pakistán, Irán y Asia Central. Estados Unidos, que había alertado a Moscú del riesgo de ataques extremistas, no duda de la veracidad del ISIS.