Masacre en Reynosa: un ascenso laboral desató el asesinato de una familia; niña de 10 años fue enterrada en un patio

Reynosa, Tamaulipas.— Lo que comenzó como un logro laboral terminó en una tragedia que ha sacudido a esta ciudad fronteriza. Un ascenso al puesto de supervisor en una maquiladora fue el detonante para el asesinato de cuatro integrantes de una misma familia, incluida una niña de 10 años con discapacidad, cuyo cuerpo fue hallado enterrado en el patio de una casa.
La pesadilla inició el 31 de octubre, cuando Heriberto “N”, su esposa Berenice, su hija y su sobrino Ángel Manuel desaparecieron. El silencio de sus teléfonos y la ausencia en casa alertaron a otros familiares, que encontraron la vivienda abierta y saqueada: faltaba la camioneta, televisores y hasta consolas de videojuegos.
Tras seis días de búsqueda, la Fiscalía confirmó el hallazgo sin vida de tres integrantes: Heriberto, Berenice y el joven Ángel Manuel, localizados en una brecha rumbo a San Fernando. Las autopsias revelaron que la mujer murió por estrangulamiento; el padre, por una herida en el cuello, y el sobrino, a causa de golpes en la cabeza.
La madrugada del 6 de noviembre, el caso tomó un giro aún más estremecedor: el cuerpo de la menor fue localizado enterrado en el patio de una vivienda en la colonia Valle Soleado. Ahí también estaba la camioneta de la familia.
Las autoridades detuvieron a dos presuntos implicados, entre ellos un hombre apodado “El Chaparro” y su pareja, señalados de haber raptado a la niña, asesinarla y ocultarla. Las indagatorias apuntan a que el ataque fue planificado como represalia contra Heriberto por obtener el ascenso que otro u otros aspiraban.
En Tamaulipas, la violencia ligada a conflictos laborales o económicos ha encendido alarmas: en lo que va del año se han registrado al menos 7 homicidios por disputas similares.
Colectivos de búsqueda y activistas han cuestionado la falta de un posicionamiento oficial contundente y llaman a no normalizar las desapariciones. “Es inaceptable que un logro laboral termine en masacre. Esto refleja la fractura humana que estamos viviendo”, señaló José Andrés Méndez, vocero de un grupo de búsqueda en Reynosa.
Mientras la Fiscalía continúa la caza de otros dos implicados, la ciudad sigue procesando una tragedia que dejó claro que la inseguridad ya no distingue entre calles, trabajos ni hogares.








