El Papa León XV canonizó a Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati
Ejemplo de que también en estos tiempos se puede alcanzar la santidad

Redacción.– Este domingo 7 de septiembre, la Plaza de San Pedro se convirtió en el punto de encuentro para más de 80 mil peregrinos que asistieron a la misa de canonización de Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati. El Papa León XIV presidió la celebración eucarística y destacó que ambos santos son un ejemplo para orientar la vida hacia lo alto y vivir la fe con sencillez.
“Los santos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis son una invitación para todos nosotros, sobre todo para los jóvenes, a no malgastar la vida, sino a hacer de ella una obra maestra”, expresó el Pontífice durante su homilía.
Una celebración multitudinaria
La ceremonia inició con un saludo espontáneo del Papa a las familias de los nuevos santos, a religiosos y a delegaciones oficiales. Antes de comenzar la misa, el Pontífice dirigió un mensaje especial a los jóvenes presentes: “Hoy es un día de alegría para la Iglesia y para el mundo entero. Es un don del Señor ver a tantos de ustedes reunidos aquí, venidos de diferentes países, para compartir la fe”.
La canonización de Acutis y Frassati marca un momento histórico: se trata de dos laicos que, desde su vida cotidiana, mostraron que la santidad también se construye en la escuela, en la familia y en el compromiso social.
Pier Giorgio Frassati: fe y acción en lo cotidiano
El Papa recordó que Frassati, nacido en Turín en 1901, vivió su fe con alegría y servicio. Sus amigos lo llamaban “la empresa de transportes Frassati” porque solía recorrer las calles con carretillas llenas de víveres para repartir entre los pobres.
“No redujo la fe a una devoción privada”, dijo el Papa, “sino que se dejó guiar por el Evangelio y se comprometió con la sociedad, en la política y en el servicio a los más necesitados”.
Frassati murió en 1925, a los 24 años, víctima de una poliomielitis fulminante. En su último tiempo de vida resumía su esperanza en una frase breve: “Hacia lo alto”, expresión que aún hoy acompaña a quienes siguen su ejemplo.
Carlo Acutis: el joven que llevó la fe a internet
El Papa también habló de Carlo Acutis, nacido en Londres en 1991 y criado en Milán, quien desde niño mostró gran habilidad con la informática. Creó sitios web para difundir el Evangelio y documentar milagros eucarísticos, lo que le valió el apodo de “influencer de Dios”.
“Encontró a Jesús en su familia y en los sacramentos”, explicó el Santo Padre. “En su vida integró con naturalidad la oración, el deporte, el estudio y la caridad”.
Carlo murió en 2006, a los 15 años, a causa de una leucemia. A pesar de su corta edad, dejó frases que hoy inspiran a creyentes de todas las edades: “Cuando nos ponemos frente al sol, nos bronceamos. Cuando nos ponemos ante Jesús en la Eucaristía, nos convertimos en santos”.
El corazón de su espiritualidad
En su homilía, el Papa subrayó que ambos santos compartían prácticas simples pero constantes: misa diaria, confesión frecuente, oración y adoración eucarística. Además, cultivaron una profunda devoción por la Virgen María y los santos, y practicaron la caridad a través de gestos pequeños y concretos.
“Pier Giorgio decía: ‘Alrededor de los pobres y los enfermos veo una luz que nosotros no tenemos’. Para él, la caridad era el fundamento de la fe”, recordó el Papa.
Un mensaje actual
La vida de Frassati y Acutis muestra que la fe no está limitada a quienes abrazan la vida religiosa. Ambos fueron jóvenes que disfrutaron del deporte, la amistad y la vida diaria, pero que al mismo tiempo hicieron de su existencia un camino de servicio.
Incluso en la enfermedad, siguieron transmitiendo esperanza. Frassati afirmaba: “El día de mi muerte será el más bello de mi vida”, mientras que Carlo solía repetir: “El cielo nos espera desde siempre, y amar el mañana es dar hoy nuestro mejor fruto”.
El llamado del Papa
En el cierre de la misa, el Pontífice animó a los fieles a inspirarse en los nuevos santos: “Nos invitan a no desperdiciar la vida, a poner a Dios en el centro de nuestras acciones. Como decía Carlo: ‘No yo, sino Dios’. Y Pier Giorgio recordaba: ‘Si tienes a Dios como centro, llegarás hasta el final’”.
Con esta canonización, la Iglesia no solo reconoce dos testimonios de santidad juvenil, sino que ofrece al mundo referentes cercanos para vivir la fe en medio de la sociedad actual.