Internacional

Segunda jornada del Cónclave sin humo blanco




 

El segundo día de votación en el Vaticano concluyó sin novedades. Ninguno de los candidatos al papado logró alcanzar los 89 votos necesarios de los 133 cardenales electores. El esperado “Habemus Papa” tendrá que esperar, al menos unas horas más.

Después de la última votación de la mañana, los cardenales se dirigieron a la residencia de Santa Marta para almorzar y tomar un breve descanso. Pero la tarde no será tranquila: el proceso continúa con más votaciones. A las 16:30 horas está previsto que los purpurados regresen a la Capilla Sixtina. Si en la primera votación vespertina se logra un acuerdo, podríamos ver la fumata blanca alrededor de las 17:30. Si no, aún queda una segunda ronda para el día, cuyos resultados podrían conocerse cerca de las 19:00.

Este cónclave ha llamado la atención por su amplitud y diversidad. Participan más cardenales que en la elección anterior, en 2013, y hay representantes de más de 70 países, lo que hace del proceso una especie de termómetro del panorama global de la Iglesia. La variedad de perfiles entre los votantes ha contribuido a que no haya un claro favorito, lo que mantiene en vilo a los fieles y observadores en todo el mundo.

La jornada arrancó con altas expectativas. A las 09:15, los cardenales se encerraron una vez más en la Capilla Sixtina, adelantando el inicio de la sesión unos minutos respecto al día anterior. Sin embargo, a las 10:30 ya era evidente que el consenso seguía lejos. La ausencia de humo en ese momento solo podía significar una cosa: aún no había resultado. Y cuando por fin apareció, volvió a ser negro.

La segunda fumata negra del cónclave volvió a dejar con las manos vacías a los cientos de fieles y turistas reunidos en la Plaza de San Pedro, muchos de los cuales esperaban que este jueves fuera el día definitivo.

Por ahora, no queda más que esperar. Si las votaciones de la tarde tampoco logran un consenso, el proceso continuará este viernes. El mundo sigue pendiente del cielo del Vaticano, a la espera de ese humo blanco que anuncie el nombre del nuevo líder de la Iglesia católica.





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