Huachicoleros camuflaban sus operaciones con fábrica de etanol
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En medio de una operación encubierta en el municipio de Esperanza, colindante con Cuacnopalan y Palmar de Bravo, autoridades federales desmantelaron una red dedicada a la alteración fraudulenta de gasolina. Según informes, el grupo utilizaba nafta —un derivado petrolero prohibido para este fin— para diluir el combustible y multiplicar sus ganancias mediante ventas ilegales en estaciones de servicio de Puebla. La empresa, que aparentaba dedicarse a la fabricación de etanol y gel antibacterial, operaba como tapadera para el huachicoleo, según revelaron fuentes cercanas al caso.
Un día después del operativo, encontraron una conexión ilegal en un ducto de Pemex que enlazaba directamente con las instalaciones de la compañía. Las investigaciones ahora se amplían para verificar si existían otras perforaciones en infraestructura crítica, como gasoductos o poliductos, lo que sugeriría una red más extensa.
Incautación masiva: vehículos, tanques y combustible
De acuerdo con el reporte oficial, el cateo resultó en el decomiso de seis contenedores con 6,500 litros de hidrocarburo, 16 camiones cisterna, 16 tanques de almacenamiento y siete tráileres. Además, se confiscaron una bomba dispensadora, un tanque adaptado y una caja fuerte. En la acción participaron agentes federales y expertos en hidrocarburos, quienes analizaron muestras para rastrear el origen del material y confirmar su manipulación.
Denuncias anónimas desencadenaron el operativo
La Fiscalía General de la República (FGR) actuó tras recibir alertas ciudadanas sobre movimientos inusuales en el lugar. Bajo la máscara de una comercializadora de combustibles, la empresa habría tejido vínculos con grupos dedicados al robo de hidrocarburos en la zona. Testigos señalan que el combustible robado se mezclaba con nafta —una práctica peligrosa— para inflar su volumen y distribuirlo en gasolineras locales e incluso en entidades vecinas.
Expertos advierten que este combustible alterado no solo defrauda a los consumidores, sino que pone en peligro a los conductores. La mezcla irregular puede corroer motores, reducir el rendimiento de los vehículos e incluso provocar incendios.
Las pesquisas ahora apuntan a identificar a los dueños del inmueble y sus posibles cómplices, así como a rastrear conexiones con otros casos de robo de combustible. La ubicación de Esperanza —un nodo clave para el tráfico ilegal— aumenta las sospechas de que existan más tomas clandestinas en la región. Mientras tanto, el predio y los vehículos incautados permanecen bajo custodia de la FGR, que construye el caso para presentar cargos.
No se descarta que estaciones de servicio locales estén coludidas en el esquema. De confirmarse, podrían enfrentar clausuras temporales o definitivas. La fiscalía ha reiterado su compromiso de perseguir a todos los involucrados, desde los operadores logísticos hasta los beneficiarios finales.