El encuentro entre Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump reflejó el intento de ambos mandatarios por recomponer una relación marcada por fricciones recientes. Con un Trump buscando reforzar lazos con una de las economias más influyentes de América Latina y un Da Silva que buscaba aliviar las presiones comerciales y diplomáticas sobre su país, la reunión se desarrolló en Kuala Lumpur en el marco de cumbre de ASEAN.
De acuerdo con información del Congreso de EE. UU. y reportes de Reuters, Lula aprovechó la reunión para solicitar la suspensión de los aranceles estadounidenses sobre productos brasileños, así como el levantamiento de las sanciones impuestas por la Ley Magnitsky al juez Alexandre de Moraes, su esposa y otros ciudadanos brasileños.
Las tensiones entre ambos gobiernos se agudizaron después de que Washington aplicara un arancel del 50 % a diversas exportaciones de Brasil, una medida que el gobierno sudamericano interpretó como una respuesta política al proceso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro, aliado de Trump, de acuerdo con Financial Times
Aunque ninguno de los dos líderes detalló acuerdos concretos, Trump afirmó desde su gira asiática que confía en alcanzar “buenos entendimientos con Brasil”. Por su parte, Lula mantuvo un tono diplomático, dejando claro que el diálogo sigue abierto y que ambos países buscan retomar una relación basada en la cooperación económica y el respeto mutuo.
