Redacción.- Trece años tardo en llegar la “justicia” para los los 63 mineros que quedaron sepultados en una mina de carbón del norte de México, ya que el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó el miércoles rescatar los restos de los fallecidos.
“Es un acto de justicia y un compromiso que hicimos hace algún tiempo”, afirmó en su conferencia de prensa matutina.
El accidente ocurrió el 19 de febrero de 2006 cuando una explosión en la mina Pasta de Conchos, en Coahuila, mientras 73 mineros trabajaban al interior de la excavación.
Del accidente sólo ocho fueron rescatados con serias quemaduras; el resto fallecieron.
Dado que la recuperación de los cadáveres resultaría muy costoso y complicado los Gobiernos de Vicente Fox, Calderón y Peña evitaron el asunto hasta la actual, esto en cumplimiento de una promesa en campaña de López Obrador en respuesta a la insistencia de las familias durante todos estos años.
“Estoy seguro de que no va a oponerse, porque es una decisión con dimensión humanitaria y es también una decisión del Estado mexicano”, dijo.