Miles de personas se agruparon fuera de la Asamblea Nacional en Seúl para celebrar lo que consideran una victoria histórica para la democracia surcoreana.
La moción que exige la destitución del presidente Yoon ha sido aprobada, marcando un hito importante en la política del país. “Gracias a todos los que se han reunido aquí, hemos logrado una victoria histórica para la democracia”, afirmó Park Chan-dae, portavoz del opositor Partido Democrático, en declaraciones recogidas por la agencia Yonhap. La multitud, que se mostró entusiasta tras conocer el resultado de la votación, se considera protagonista de este significativo giro político.
La moción de destitución se produce en medio de una serie de investigaciones que involucran a Yoon y varios miembros de su gabinete, incluidos altos cargos militares y policiales. El presidente, cuya salida del país ha sido prohibida, enfrenta acusaciones de amotinamiento, abuso de poder e insurrección. Este último cargo es el más grave y podría derivar en el arresto de Yoon, pues la legislación surcoreana establece que incluso la inmunidad presidencial no tiene validez en casos de insurrección. En tales situaciones, los líderes involucrados podrían enfrentar sentencias que van desde la cadena perpetua hasta la pena de muerte, aunque esta última ha estado en moratoria desde 1997.
Las investigaciones que rodean al presidente Yoon también incluyen a figuras como Kim Yong-hyun, exministro de Defensa, quien se encuentra actualmente en prisión preventiva. Estos procesos legales han agudizado las tensiones políticas en un contexto donde los opositores han acusado al gobierno de abusar del poder y tratar de manipular las instituciones en beneficio propio. La decisión de la Asamblea Nacional no solo refleja el creciente descontento con la administración de Yoon, sino también el ímpetu de una sociedad que exige rendición de cuentas y transparencia.
Este episodio no solo representa un enfrentamiento político, sino que también es una clara manifestación de la voluntad popular. El respaldo de miles de ciudadanos, que han salido a las calles para exigir cambios y defender la Constitución, subraya la creciente presión sobre el presidente y su gabinete. En última instancia, la moción aprobada por la Asamblea Nacional es más que un simple voto en el parlamento; es una declaración de principios sobre la necesidad de preservar la democracia y la justicia en Corea del Sur.