El número de víctimas del incendio que arrasó un complejo residencial en Hong Kong aumentó a 128, mientras los equipos de emergencia continúan revisando los edificios afectados. Los bomberos localizaron más cuerpos durante una búsqueda detallada, realizada apartamento por apartamento, en siete torres que quedaron prácticamente destruidas por el fuego. Las autoridades informaron que alrededor de 200 personas siguen desaparecidas, entre ellas 89 cuyos restos aún no han sido identificados.
El incendio, uno de los más mortales que ha vivido la ciudad en décadas, se propagó con rapidez debido a paneles de espuma altamente inflamables y andamios de bambú cubiertos con redes, instalados como parte de una renovación en curso. Según el director de los Servicios de Bomberos, Andy Yeung, algunas alarmas del complejo no funcionaron durante las pruebas posteriores, aunque no se detalló cuántas fallaron.
En medio de las investigaciones, las autoridades arrestaron a ocho personas vinculadas al proyecto de remodelación. Entre los detenidos hay subcontratistas de andamios, responsables de una firma consultora de ingeniería y gerentes de obra. La Comisión Independiente Contra la Corrupción señaló que los detenidos, de entre 40 y 63 años, están bajo investigación por presuntas irregularidades relacionadas con las renovaciones.
Los equipos de emergencia se concentraron inicialmente en los departamentos desde donde se recibieron llamadas de auxilio mientras el fuego avanzaba sin control. El incendio tardó un día en ser contenido y no fue extinguido completamente hasta la mañana del viernes, casi 40 horas después de haber iniciado. Incluso dos días más tarde, el humo seguía saliendo de las estructuras carbonizadas debido a pequeños brotes.
El secretario de Seguridad, Chris Tang, informó que podrían hallarse más víctimas, aunque ya concluyó la búsqueda de personas atrapadas. Más de 2,300 bomberos y personal médico participaron en las labores, que dejaron 79 heridos, incluidos 12 bomberos. Se confirmó también la muerte de un rescatista.
El complejo residencial, compuesto por ocho torres de 31 pisos, se ubica en Tai Po, cerca de la frontera con China continental. Construido en la década de 1980, se encontraba en un proceso de renovación integral. Allí vivían alrededor de 4,800 personas en casi 2,000 departamentos.
Paralelamente, las autoridades continúan investigando los materiales empleados en la fachada y en las obras de remodelación. La policía señaló que algunos paneles de espuma adosados a las ventanas de uno de los edificios no afectados no cumplían con los estándares de seguridad contra incendios. Tang agregó que el fuego se intensificó al encender estos paneles, lo que provocó la ruptura de vidrios y la rápida expansión hacia el interior.
La empresa presuntamente encargada de las obras, Prestige Construction & Engineering, no respondió a los intentos de contacto. La policía confiscó documentos y registros relacionados con la compañía como parte de la pesquisa.
El gobierno de Hong Kong anunció que las banderas ondearán a media asta del sábado al lunes en señal de luto. El jefe del Ejecutivo, John Lee, encabezará un acto de silencio en memoria de las víctimas. Las autoridades también iniciaron inspecciones en otros complejos residenciales en remodelación para verificar el cumplimiento de las normas de seguridad.
El siniestro se ha convertido en el más letal en la ciudad desde 1948 y ha desencadenado una revisión amplia de los protocolos de construcción y protección contra incendios en edificaciones altas.

