Redacción.- La cocción de alimentos y calentamiento de agua son las principales necesidades de energía en las comunidades indígenas de la Sierra Nororiental del estado de Puebla. Esto derivó en un proyecto energético coordinado por la Fundación Tosepan, en el que colaboran diversas universidades y organizaciones, entre éstas la BUAP.
Este proyecto denominado “Energía para el Yeknemilis (Buen vivir) de la Sierra Nororiental de Puebla” es financiado por el Conahcyt, a través de los Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces) de Energía y Cambio Climático, y se lleva a cabo desde hace cuatro años en seis comunidades de lengua indígena: cuatro de origen náhuatl y dos de totonaco, como Xocoyolo, Yohualichan y San Felipe Tepatlán.
Estudiantes y académicos de la Licenciatura en Gestión Territorial e Identidad Biocultural, impartida en el Complejo Regional Nororiental, con sede en Cuetzalan, participan en la fase semilla, prueba piloto, entrevistas, encuestas y diseño de talleres.
“El proyecto incluye realizar propuestas en pro de la energía, pero también identificar el modelo actual de gestión: cuáles son las fuentes que más se utilizan, cómo repercuten en su vida diaria y qué significa la energía para las comunidades rurales, indígenas y mestizas”, indicó Brenda Stephany Ramírez Domínguez, docente de esta carrera.
Para esas comunidades se propuso mejorar los modelos actuales de estufas ahorradoras de leña, ya que el 70 por ciento de la energía utilizada en las comunidades proviene del fogón, precisó.
En este sentido, se adaptaron las estufas ahorradoras de leña para cubrir las necesidades específicas de las familias. A partir de talleres de design thinking, los pobladores fabricaron con legos los prototipos de sus propias estufas, para después materializar esta idea con ajustes y pruebas.
Entre las adecuaciones realizadas, detalló la académica, están la incorporación de un calentador de agua para aprovechar las fugas de energía, el cual permite secar granos y carne; agregar dos a tres hornillas para aprovechar los espacios y cocinar diferentes alimentos al mismo tiempo; modificación de los espacios para limpiar y colocación de azulejos en las estufas para conservar el calor y hacerlas más estéticas.
A la par se trabajaron otras líneas de investigación relacionadas con prototipos de secadores solares de semillas y hasta de ropa, además de bicicletas generadoras de energía mecánica para moler granos.
Brenda Stephany Ramírez Domínguez refirió que se generó un proceso de capacitación para formar investigadores comunitarios, quienes ahora imparten este conocimiento al resto de las comunidades, llevan los prototipos, los evalúan y toman notas para su mejora.
“Se efectúan sesiones de formación y acompañamiento a las familias involucradas, las que aprenden el funcionamiento y mantenimiento de dichas estufas ahorradoras de leña”, destacó la docente del Complejo Regional Nororiental.