La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que la inquietud del sector privado por el aumento del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas azucaradas “carece de sustento”, al tiempo que reiteró que su gobierno busca reducir el consumo de refrescos por los efectos comprobados que tienen en la salud.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum explicó que el objetivo no es recaudatorio, sino preventivo. “Las bebidas azucaradas se venden en cada rincón del país. Entiendo la preocupación de los empresarios, pero lo que queremos es que se consuma menos, porque su consumo excesivo provoca daños a la salud”, afirmó.
La presidenta detalló que existen conversaciones entre representantes del sector empresarial y la Secretaría de Salud para analizar el tema, aunque insistió en que se deben promover alternativas más saludables. Añadió que los recursos generados por este impuesto se destinarán a programas de atención para enfermedades como diabetes e hipertensión.
Sheinbaum presentó también los resultados de una encuesta nacional sobre hábitos de consumo, en la que el 88% de los encuestados considera que tomar refresco es “muy dañino”. Además, el 54% dijo estar de acuerdo con aumentar los impuestos a estas bebidas para desincentivar su consumo, y casi la mitad señaló que dejaría de comprarlas si su precio sube.
El gobierno federal propuso elevar la tasa del IEPS a 3.08 pesos por litro —un incremento del 87%— dentro del Paquete Económico 2026. Con ello, se espera reducir hasta en un 7% el consumo de refrescos y recaudar cerca de 41 mil millones de pesos, cifra que será dirigida a programas de salud pública. También se contempla un nuevo gravamen para bebidas con edulcorantes no calóricos.
Por su parte, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) advirtió ante la Cámara de Diputados que el aumento podría afectar a más de 60 mil tiendas y provocar la pérdida de unos 120 mil autoempleos. Sin embargo, Sheinbaum descartó que esta medida genere cierres masivos de negocios. “No va a pasar. El consumo está tan extendido que lo importante es avanzar hacia un cambio de hábitos, no frenar la economía”, señaló.
Con este ajuste, el gobierno busca enviar un mensaje claro: la salud pública es prioridad. Y aunque el debate sigue abierto, el llamado de la presidenta es directo: disminuir el consumo de refrescos para reducir los riesgos de enfermedades crónicas que afectan a millones de mexicanos.