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Redadas en Boston y tensión en Chicago: Trump intensifica la ofensiva migratoria

La tensión en Estados Unidos vuelve a subir. Este fin de semana, agentes de inmigración realizaron redadas en Boston y zonas cercanas, lo que dejó a decenas de personas bajo custodia. La acción se da en medio de una batalla legal y política entre el gobierno federal y las llamadas ciudades santuario, que se niegan a colaborar con las deportaciones.

El operativo fue confirmado por el Departamento de Seguridad Nacional, que detalló que las detenciones forman parte de la estrategia denominada “Patriot 2.0”, continuación de otra intervención ejecutada en mayo. Según ICE, entre los arrestados hay personas con antecedentes de delitos graves como agresiones sexuales, tráfico de drogas y vínculos con pandillas, quienes habrían sido liberados por cárceles locales pese a las solicitudes federales de retenerlos. Para la administración federal, la política de Boston de proteger a migrantes sin importar su estatus abre la puerta a que individuos con historial criminal permanezcan en las calles.

La disputa escaló luego de que el Departamento de Justicia presentó una demanda contra la ciudad y su alcalde, intensificando el enfrentamiento por las medidas de santuario. Funcionarios locales han respondido señalando que la operación representa un exceso y un intento de someter a las comunidades que se oponen a las políticas migratorias de la Casa Blanca.

Mientras tanto, Donald Trump ha aprovechado el tema para endurecer su discurso. En varias ocasiones ha advertido que la siguiente ciudad en la lista es Chicago, a la que acusa de ser un foco de criminalidad y de permitir la permanencia de migrantes irregulares. El presidente ya había enviado tropas de la Guardia Nacional a Washington y Los Ángeles, a pesar de la oposición de autoridades locales, y ahora planea replicar el modelo en otros puntos del país.

El sábado, Trump compartió en su red Truth Social una imagen inspirada en la película Apocalypse Now. En ella aparece como un oficial militar sobre un fondo de helicópteros y edificios de Chicago en llamas, con la frase: “Me encanta el olor de las deportaciones en la mañana”. En el mismo mensaje, advirtió que Chicago descubrirá pronto por qué, según él, el Departamento de Defensa pasó a llamarse “Departamento de Guerra”.

Estas publicaciones provocaron fuertes críticas, tanto por el tono como por el simbolismo. Voces de la oposición y líderes comunitarios señalaron que comparar la política migratoria con una guerra es un mensaje peligroso y divisivo. Ante la polémica, Tom Homan, designado por la Casa Blanca como “zar fronterizo”, intentó suavizar el impacto al asegurar que se trató de un mensaje “sacado de contexto”. Según dijo en CNN, el objetivo del gobierno es enfrentar a los carteles y a la delincuencia organizada, no a las comunidades migrantes.

Sin embargo, en Chicago el ambiente se ha cargado de miedo y tensión. Miles de residentes, en su mayoría latinos y afroamericanos, salieron a las calles en protesta contra la posibilidad de un despliegue federal. Los manifestantes advierten que la militarización no resolverá los problemas de violencia urbana y que, en cambio, lo que la ciudad necesita son recursos, programas sociales y oportunidades para los jóvenes.

Protestas frente a la Torre Trump

Las movilizaciones se concentraron el 6 de septiembre frente a la Torre Trump, en pleno centro de la ciudad. La fecha coincidió con los festejos por el Día de la Independencia de México, que cada año llena de música, desfiles y banderas las calles de Chicago. Esta vez, sin embargo, la celebración se vio marcada por el temor a redadas y deportaciones masivas.

Desde la Casa Blanca, Trump rechazó que se trate de un conflicto bélico y aseguró que su plan busca “limpiar las ciudades” y restablecer el orden. “No vamos a ir a la guerra, vamos a limpiar nuestras ciudades”, declaró antes de viajar a Nueva York. Aun así, fuentes cercanas al gobierno admiten que el despliegue de la Guardia Nacional en Chicago podría ocurrir en cuestión de días.

Con Boston como escenario de la última operación y Chicago en la mira, la política migratoria de Trump se perfila como uno de los puntos de mayor confrontación en el país. Entre demandas legales, discursos incendiarios y protestas multitudinarias, el debate sobre migración y seguridad vuelve a ocupar el centro de la discusión nacional.

 

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