El saliente jefe de gabinete de la Casa Blanca,John Kelly, dijo que el muro de la frontera sur propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el centro de la lucha de cierre del gobierno, no es como se ha representado.
“Para ser sincero no es un muro”, dijo Kelly en una entrevista publicada este domingo por el diario Los Ángeles Times, lo que significa que Trump ya no está pidiendo una enorme estructura de hormigón que abarca miles de kilómetros en la frontera.
El presidente todavía dice muro, y muchas veces francamente él dirá barrera o cerca, ahora se inclina hacia listones de acero, afirmó Kelly.
“Pero dejamos un muro de concreto sólido al principio de la administración cuando preguntamos a las personas qué necesitaban y dónde lo necesitaban”, añadió
Kelly se va de la Casa Blanca mientras el presidente Trump se queda cuando un cierre parcial del gobierno avanza a una segunda semana por sus demandas de cinco mil millones de dólares para un muro en la frontera entre Estados Unidos y México.
Trump escribio varios mensajes en su cuenta de Twitter el fin de semana “enojado” contra los demócratas, quienes se niegan a proporcionar más de 1.3 mil millones de dólares para la seguridad de la frontera, y los acusó de ser los causantes del cierre del gobierno y de dos muertes de niños inmigrantes.
Kelly no hizo referencia de manera directa a las amenazas de Trump, pero sugirió que parte del problema se encuentra en el lado estadunidense de la frontera.
Si quiere detener la inmigración ilegal, detenga la demanda de drogas en Estados Unidos y amplíe las oportunidades económicas en Centroamérica, señaló.
En la entrevista, Kelly culpó a la administración Trump por no seguir el procedimiento y no anticipar la indignación pública por las dos iniciativas más controvertidas de su mandato: la prohibición de viajes en enero de 2017 y la política de inmigración de “cero tolerancia” y las separaciones de familias este año.
Kelly culpó al exfiscal general, Jeff Sessions, de la política de separación familiar que llevó a cientos de niños migrantes a ser separados de sus padres por las autoridades de Estados Unidos y que dijo tomó por “sorpresa” a la Casa Blanca.