La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha catalogado el talco, un mineral ampliamente usado en cosmética y polvos corporales, como “probablemente cancerígeno” para los humanos. Esta clasificación, realizada por la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), coloca al talco en el nivel 2A, lo que indica que, aunque la evidencia en humanos es limitada, hay pruebas suficientes de que causa cáncer en animales de experimentación y presenta características clave de carcinógenos.
Evidencia científica y riesgos
La IARC ha analizado exhaustivamente la literatura científica disponible, concluyendo que el uso del talco puede estar asociado con un aumento en la incidencia de cáncer de ovario en humanos, particularmente cuando se utiliza en la región perineal. Además, se ha observado un aumento de cáncer en las glándulas suprarrenales y el pulmón en estudios con animales, así como una combinación de tumores benignos y malignos en ratas macho.
Exposición y contaminación
La población puede estar expuesta al talco a través de su uso en cosméticos, polvos corporales y, en menor medida, en alimentos y medicamentos. Además, la IARC muestra preocupación por la posible contaminación del talco con asbesto, una sustancia altamente cancerígena. Esta contaminación podría exponer tanto a trabajadores como a consumidores al riesgo de asbesto a través de productos contaminados.
Opiniones de expertos
Joan Albanell, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital del Mar de Barcelona, subraya la importancia de esta nueva clasificación de la OMS, señalando que la evidencia mecanística y preclínica del talco como carcinógeno es sólida. Sin embargo, la traducción de estos hallazgos a estudios epidemiológicos enfrenta limitaciones debido a la coexposición a talco y asbestos en determinadas profesiones.
Por su parte, Alejandro Pérez Fidalgo, oncólogo del Hospital Clínico de Valencia, señala que, aunque los estudios muestran un leve incremento del cáncer de ovario en mujeres que utilizan talco en polvo en la región genital, el riesgo depende de la dosis, tiempo y forma de contacto con el talco. Fidalgo recomienda evitar el uso de polvos de talco en zonas genitales, especialmente en mujeres, aunque llama a la cautela en la interpretación de estos hallazgos.
Implicaciones y medidas
El vínculo del talco con el cáncer de ovario ha sido objeto de litigios en Estados Unidos, donde la multinacional Johnson & Johnson enfrentó numerosas demandas por la supuesta presencia de componentes cancerígenos en sus polvos de talco. Aunque la compañía ha defendido la seguridad de sus productos, en 2022 anunció la suspensión de la venta de Baby Powder en todo el mundo.
La reciente clasificación del talco como “probablemente cancerígeno” por la IARC podría tener implicaciones significativas en las políticas de salud pública y prevención, orientando futuras investigaciones y medidas regulatorias para minimizar los riesgos asociados con este mineral.