En una fosa clandestina en la comunidad de Chiltoyac, Xalapa, elementos policiacos descubrieron los cuerpos de cinco personas: dos hombres, dos mujeres y un niño de tres años de edad. El hallazgo tuvo lugar el pasado jueves, revelando una trágica realidad que estremece a la sociedad veracruzana.
El niño, de tan solo tres años, identificado como Jadiel David, yacía enterrado junto a los adultos, todos envueltos en bolsas de basura. Entre las víctimas se encontraba la madre del pequeño, Marilú, de 21 años. Inicialmente, los policías, al descubrir los cuerpos, sugirieron que eran restos de animales en descomposición, una versión que hoy, ante la Fiscalía de Investigaciones Ministeriales, fue desmentida por los familiares, quienes reconocieron a sus seres queridos.
La titular de la fiscalía, Marcela Aguilera Landeta, entregó los cuerpos a los allegados después de un fin de semana dedicado al reconocimiento e identificación de las víctimas. La fosa clandestina, ubicada en los límites de las comunidades de El Tronconal y Chiltoyac, permanece resguardada por las fuerzas policiales.
Este escalofriante suceso se suma a la reciente ola de violencia que ha afectado a Veracruz, evidenciada desde el 14 de agosto con el hallazgo de 18 cuerpos fragmentados almacenados en refrigeradores. En medio de este clima desgarrador, más de 30 colectivos de búsqueda de desaparecidos protagonizaron un bloqueo en el Palacio de Gobierno la semana pasada, denunciando la falta de apoyo en sus investigaciones.
Familiares y miembros de estos colectivos instalaron casas de campaña en protesta ante la demora en la atención de sus solicitudes de ayuda, programada para el 24 de noviembre. Critican la suspensión de mesas de diálogo desde hace aproximadamente tres años y expresan su frustración por la negligencia de las autoridades veracruzanas en brindar apoyo a los familiares de los desaparecidos.