El 29 de septiembre, en México, se celebra el Día de San Miguel, una tradición profundamente arraigada en la veneración del arcángel San Miguel, conocido por su papel como guardián y combatiente del mal. Esta festividad religiosa es un día significativo en muchas comunidades del país, donde se fusionan las expresiones de fe con costumbres culturales y actividades colectivas que refuerzan los lazos comunitarios.
San Miguel Arcángel es una figura clave dentro de la fe católica, y se le reconoce como el comandante de los ejércitos celestiales. En la iconografía cristiana, se le retrata como un guerrero triunfante sobre Lucifer, encarnando el triunfo del bien sobre el mal. Aunque su festividad se conmemora en diversos lugares del mundo, en México adquiere un significado especial, donde miles de personas se reúnen para honrar a su protector celestial.
San Miguel es una de las figuras más importantes en la tradición cristiana. Como el más poderoso de los siete arcángeles, ha sido representado a lo largo de los siglos como un guerrero del cielo que enfrenta las fuerzas malignas, con Lucifer a la cabeza.
Dentro del cristianismo, San Miguel es el ángel encargado de salvaguardar a la humanidad de las influencias oscuras. Según las Sagradas Escrituras, él lidera a los ejércitos celestiales en la batalla contra Satanás y los ángeles caídos. En este sentido, es considerado el gran protector de la Iglesia.
Uno de los pasajes bíblicos más conocidos en los que se menciona a San Miguel es el Apocalipsis, donde se narra cómo derrota a Lucifer y lo arroja a la Tierra. Este enfrentamiento ha consolidado su reputación como el guerrero celestial que defiende la luz, la justicia y el bien.