El youtuber Yudiel Flores Tovar, conocido como “El Coyote Consentido”, fue hallado muerto en el penal El Amate, en Chiapas, con signos de violencia. El interno, condenado por delitos como explotación infantil y violación agravada de menores, mantenía presencia en redes, donde denunciaba extorsiones dentro del centro penitenciario. Autoridades confirmaron que su muerte fue un homicidio —simulado como suicidio— y revelaron que, pese a estar preso, seguía cometiendo abusos mediante dispositivos electrónicos.
Su cuerpo apareció sin vida este lunes, con evidentes signos de tortura. Al día siguiente, el fiscal Jorge Luis Llaven Abarca confirmó que se trató de un asesinato: *”Fue estrangulado. Las marcas en su cuello indican forcejeo, y todo apunta a que intentaron hacerlo pasar como un suicidio”*, declaró.
Durante una conferencia de prensa, las autoridades revelaron que Flores Tovar seguía delinquiendo desde prisión. En su celda se encontraron teléfonos con material de abuso infantil, lo que demostraba que mantenía contacto con menores incluso tras las rejas.
“No dejó de cometer estos crímenes”, afirmó el fiscal.
Dos posibles motivos tras el crimen
Las pesquisas apuntan a dos hipótesis: una riña entre reos —pues el youtuber ya había sido trasladado antes por amenazas— o una represalia por sus actividades delictivas. “En su celda había pruebas de que seguía abusando de menores, posiblemente hijos de otros internos”, explicó Llaven Abarca.
También se investiga la posible negligencia del personal penitenciario.
José Octavio García Macías, subsecretario de Seguridad, detalló que los dispositivos incautados contenían *”una cantidad alarmante de pornografía infantil”*, grabada en los últimos meses dentro de la prisión. Además, se supo que Flores Tovar —identificado en foros de turismo sexual como “Demon Blue”— era buscado en Guatemala y EE.UU. por delitos similares.
Antecedentes judiciales y el video que lo anticipó
Condenado a más de 119 años de cárcel por trata de personas y explotación infantil, el youtuber ya acumulaba sentencias previas, incluida una por violar a un menor con autismo en San Cristóbal de Las Casas.
Sin embargo, su muerte reavivó las dudas sobre la seguridad en las prisiones. Horas después del hallazgo del cuerpo, circuló un video donde Flores Tovar aseguraba: “Si me matan, no será un suicidio ni una pelea. Me quieren callar”.
En la grabación, acusaba a funcionarios del penal de extorsión y amenazas, mostrando documentos que —según él— probaban su coerción.
Las redes estallaron.
Muchos usuarios vincularon su muerte con esas denuncias: “Lo mataron por lo que sabía”, escribió uno. Hasta el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar respondió, negando encubrimientos: “No hay nada que ocultar”, dijo.
El caso sigue abierto, pero una cosa es clara: la sombra de “El Coyote Consentido” dejó al descubierto fallas en el sistema penitenciario y crímenes que, al parecer, no cesaron tras las rejas.