Donald Trump puso en el objetivo a Venezuela, según informes que sitúan a puertos y aeropuertos bajo la lupa de Washington como posibles blancos dentro de su llamada campaña antidrogas. Medios internacionales publicaron que la Casa Blanca barajó atacar instalaciones controladas por el Ejército venezolano, aunque no confirmaron una orden definitiva y autoridades federales guardaron silencio.
El reporte explicó que la idea forma parte de un giro hacia acciones más directas: desde septiembre hubo operativos en el Caribe contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico y, en las últimas semanas, Washington reforzó su presencia naval en la región. El argumento oficial es el mismo que ha repetido la administración: golpear las rutas y redes que, según EE. UU., facilitan el tráfico de drogas hacia su territorio.
Si se concretaran ataques contra infraestructuras en tierra, sería un salto estratégico —y político— en la campaña de presión sobre Nicolás Maduro. Fuentes citadas por la prensa mencionaron puertos y aeropuertos como posibles objetivos por su uso logístico en el trasiego de estupefacientes. En paralelo, el Gobierno estadounidense ha ampliado operaciones con unidades navales y capacidades aéreas en la zona, y habría autorizado, según informes previos, acciones encubiertas de inteligencia.
En Caracas y en los bloques opositores la noticia encendió alarmas: para unos, es una escalada que responde a la lucha antidrogas; para otros, una maniobra para acorralar al régimen. Analistas subrayan que cualquier operación militar en territorio venezolano tendría consecuencias diplomáticas y legales de gran alcance, además de riesgos para la población civil y la navegación regional.
Hasta ahora, sin embargo, no hubo una confirmación pública sobre órdenes concretas ni una lista oficial de blancos. Las fuentes consultadas por la prensa discreparon sobre si se trataba de planes listos para ejecutarse “en cualquier momento” o de opciones aún en estudio; la Casa Blanca y el Pentágono no emitieron declaraciones inmediatas que despejaran la duda.
