La policía francesa detuvo a dos hombres señalados como presuntos implicados en el espectacular robo de joyas del Museo del Louvre, ocurrido el pasado 18 de octubre. Uno de ellos fue arrestado cuando trataba de tomar un vuelo rumbo a Argelia desde el aeropuerto Roissy-Charles-de-Gaulle, en París.
De acuerdo con el diario Le Parisien, los sospechosos, ambos de unos treinta años y originarios de Seine-Saint-Denis, fueron capturados durante un operativo nocturno coordinado por la Brigada Antibandidismo (BRB) y la Oficina Central para la Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales (OCBC). Permanecen bajo custodia acusados de robo organizado y asociación delictuosa, cargos que podrían mantenerlos detenidos hasta por 96 horas mientras avanza la investigación.
Fuentes cercanas al caso revelaron a Franceinfo que el ADN encontrado en la escena fue clave para su identificación. Los rastros biológicos coincidieron con registros previos de los detenidos, lo que permitió relacionarlos con el asalto. La fiscal Laure Beccuau detalló que se tomaron más de 150 muestras entre huellas y restos genéticos hallados en los objetos abandonados por los asaltantes. Además, las cámaras de seguridad ayudaron a seguir la ruta de fuga de los implicados, que escaparon en dos motocicletas a través de las calles de París.
Medios como The Telegraph reportaron que las autoridades también investigan la posible participación de un empleado del museo. Los indicios apuntan a que los ladrones contaron con información interna sobre el sistema de seguridad, un detalle que habría facilitado la entrada al edificio y el robo en la Galería de Apolo, donde se exhibían las joyas de la Corona de Francia.
El golpe fue ejecutado en cuestión de minutos. Los asaltantes, disfrazados con chalecos amarillos y cascos de motociclista, irrumpieron por una ventana del ala sur del museo, rompieron las vitrinas con herramientas eléctricas y se llevaron nueve piezas históricas valoradas en unos 88 millones de euros, entre ellas joyas que pertenecieron a la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III.
Mientras continúa la búsqueda de los otros dos integrantes de la banda y el rastreo internacional de las joyas, la Fiscalía francesa lamentó que la información sobre los arrestos se difundiera de manera prematura. “Esta revelación puede perjudicar los esfuerzos de los investigadores y comprometer la recuperación de las piezas”, señaló la fiscal Beccuau en un comunicado.
El lugar por donde entraron los ladrones, una discreta ventana del ala sur del Louvre, se ha convertido inesperadamente en un nuevo atractivo para los turistas. Visitantes y curiosos se detienen frente a ella para tomarse fotos o recrear el robo que ha captado la atención mundial. Algunos incluso bromean con encontrar “algún diamante caído”, mientras la policía sigue tras la pista de los responsables y las joyas desaparecidas.
