En una réplica de menor intensidad a los enfrentamientos que han sacudido las grandes ciudades francesas durante cinco noches consecutivas, se registraron episodios violentos en Bruselas y Lausana. Estos disturbios, motivados por la muerte de un joven en Nanterre, Francia, a manos de la policía el pasado martes, dejaron más de 700 arrestados.
Durante la noche del sábado, un total de 35 personas fueron detenidas en Bruselas, Bélgica, mientras que otras 7 fueron arrestadas en Lausana, Suiza, estas detenciones se llevaron a cabo durante concentraciones de protesta por el trágico suceso en Nanterre.
Según la agencia de noticias Belga, la policía de Bruselas-Ixelles realizó 35 arrestos administrativos tras detectar convocatorias en redes sociales para nuevas manifestaciones. Los asistentes se congregaron cerca de una plaza en la capital belga, y se sospecha que se instó a alterar el orden público, lo que llevó a la detención de 35 individuos, de los cuales 31 eran menores de edad. Estos arrestos fueron preventivos, con el objetivo de identificar a las personas involucradas. En el caso de los menores, se notificó a sus padres para que los recogieran.
Por otro lado, el viernes, la policía de Bruselas-Ixelles había detenido a 94 personas, mientras que la policía de la zona norte de la capital belga arrestó a 7 individuos.
En Lausana, Suiza, siete personas, en su mayoría adolescentes, fueron detenidas luego de causar destrozos en varios escaparates de la ciudad. Un grupo de jóvenes se congregó en el centro de Lausana en respuesta a llamamientos en redes sociales relacionados con los disturbios que han tenido lugar en Francia en las últimas noches. Durante los disturbios, los jóvenes lanzaron adoquines y un cóctel molotov hacia los agentes policiales, quienes dispersaron a la multitud. Seis personas de entre 15 y 17 años, de nacionalidades portuguesa, somalí, bosnia, suiza, georgiana y serbia, fueron detenidas, junto con un ciudadano suizo de 24 años. Afortunadamente, no se reportaron heridos entre los agentes de policía.
A pesar de la propagación de los disturbios a Bélgica y Suiza, las protestas no han alcanzado la misma intensidad que en Francia. La muerte de Nahel, un joven de 17 años y ascendencia árabe, quien recibió un disparo mortal por parte de un policía el pasado 27 de junio mientras intentaba huir de un control policial en Nanterre, ha generado una fuerte indignación en Francia y desencadenado disturbios, especialmente en los barrios populares de las grandes ciudades y en las áreas metropolitanas de París. Las imágenes del incidente captadas por testigos han avivado la indignación y la tensión en el país.