Redacción.- El jueves por la noche y parte de la madrugada de este viernes, personal de la Fiscalía General del Estado dio cumplimiento a una orden de cateo, en un inmueble ubicado sobre la calle 5 de Mayo entre 14 y 16 Poniente, en el Centro Histórico.
El domicilio era un ‘picadero’ en el que se detuvo a tres personas implicadas en el homicidio de Benito Balderas Islas, de 34 años, cuyo cuerpo fue depositado en un tambo de plástico, y abandonado en la 18 Poniente.
Tras el operativo, se detuvo a José Iván, de 39 años; a Eleazar, de 33; y al jefe de seguridad del lugar, Paulino, de 43 años de edad, quienes han admitido su participación en el crimen, aunque de principio enfrentarán cargos por delitos contra la salud.
Como parte de las investigaciones, se contó con las grabaciones de las cámaras de videovigilancia del Gobierno de la Ciudad, que captó a los ahora detenidos, caminando la noche del 23 de agosto, llevando el tambo con el cadáver en un diablito, para finalmente abandonarlo en la 18 Poniente, en el Barrio de San Antonio.
Y mediante la revisión de más videos, fue que se les ubicó saliendo del ‘picadero’, por lo que se solicitó la orden de cateo. Además de las capturas, se aseguraron 60 dosis de marihuana y otras más de piedra, además de indicios que fueron embalados por los peritos de la Fiscalía.
Durante la diligencia, se aplicó la prueba de luminol mediante la cual se encontraron manchas de sangre en el inmueble, que permitieron identificar el baño, como el lugar donde se cometió el homicidio.
Benito Balderas fue asesinado a golpes en el baño de dicho ‘picadero’, por parte de los encargados del lugar, quienes lo sorprendieron -según sus primeras declaraciones-, cuando intentaba abusar sexualmente de una mujer que estaba drogada.
Lo sometieron a golpes, pero luego lo atacaron con unas tablas hasta que lo privaron de la vida, con el argumento de que estaban defendiendo a la mujer.
Balderas Islas contaba con una ficha de búsqueda desde el 19 de agosto, fecha en que su madre lo vio por última vez cuando salió de su domicilio en Chachapa, junta auxiliar de Amozoc. El occiso era adicto desde hace cinco años al crystal y llevaba dos sin trabajar.