Puebla, Pue.- Patrullas nuevas, cuatro secretarios de seguridad pública y la supuesta reestructuración en los Ceresos, fueron parte del legado que Miguel Barbosa Huerta repitió hasta el cansancio como su legado en materia de seguridad pública, pero ¿qué tanto sirvió esto para mitigar la incidencia delictiva en Puebla?
La Fiscalía General del Estado recientemente publicó sus cifras correspondientes al periodo de diciembre, por lo que se puede hacer el análisis del 2022 en su totalidad y así descubrir que durante todo el año pasado la incidencia delictiva aumentó.
Los números son duros y reales: durante el 2022 se denunciaron 77 mil 106 delitos, siendo los delitos cometidos contra el patrimonio los más recurrentes y esto es porque diariamente vemos casos de robo de autopartes, asaltos a cuentahabientes, asaltos en el transporte público, y un largo etcétera.
Los delitos contra la familia, entre los cuales está la violencia doméstica y de género, también tuvieron una incidencia alta durante el año pasado y no muy detrás se encuentran los delitos contra la vida y la integridad corporal, es decir, los homicidios y lesiones.
Pero esos más de 77 mil delitos ya mencionados representan un incremento del 2.62 por ciento en comparación con los delitos denunciados en 2021, lo cual se traduce en un aumento de 1 mil 900 delitos durante el año pasado.
Y es ahí cuando nos preguntamos, ¿de qué sirvieron las nuevas patrullas?, principalmente si partimos del punto de que tan solo los robos aumentaron 5.68 por ciento y los homicidios crecieron poco más de un 14 por ciento.
¿De qué sirvió la reestructuración de los Ceresos?, si en 2021 la Fiscalía General del Estado investigó cuatro casos de evasión –fuga– de presos, mientras que el año pasado se investigaron el doble de estos casos en las cárceles poblanas.
Dicho lo anterior, quien esto escribe no puede llegar a otra conclusión que no sea que la estrategia de seguridad del finado Miguel Barbosa no fue efectiva, quizá tenía buenas intenciones pero al final no tuvo un efecto real en la incidencia.
Porque, sí podemos reconocer que el parque vehícular de la Policía Estatal sí mejoró, que hay un mayor control en los penales y que Daniel Iván Cruz Luna ha tenido más altas que bajas, pero en los números aún falta mucho por hacer.
No tengo la menor duda de que este 2023 será un papel en blanco en materia de seguridad pública porque el gobernador Sergio Salomón Céspedes ya demostró que su discurso de continuidad se mantendrá, aún y cuando en la realidad buscará impregnar su estilo y construir su legado, incluyendo en el ámbito de la seguridad pública.
Recordemos que su primera acción como gobernador de Sergio Salomón Céspedes fue ir al C5 a ver el centro de operaciones de la seguridad pública, por lo que es cuestión de tiempo para ver el golpe de timón y, en un año, podremos hablar si la estrategia de Céspedes pudo mejorar el legado que nos dejó Miguel Barbosa.