La CURP deja de ser solo una clave para trámites: ahora será la identificación oficial de todas las personas en México. Este miércoles, el gobierno federal publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto que transforma este registro en un documento obligatorio, con datos biométricos incluidos, como huellas dactilares y fotografía.
La medida forma parte de una serie de cambios a la Ley General de Población, y marca un giro en la forma en que el Estado mexicano organizará y validará la información personal de sus habitantes. Aunque el número de la CURP sigue siendo el mismo —esa cadena de 18 caracteres alfanuméricos que ya conocemos—, el contenido detrás será mucho más completo.
El nuevo Artículo 91 Bis señala que esta CURP con foto y biométricos será válida en todo el país, tanto en formato digital como impreso. Y su uso será obligatorio para cualquier trámite, ya sea en oficinas públicas o con empresas privadas. Es decir: todos tendrán que pedirla y todos deberán presentarla.
La implementación de esta nueva versión de la CURP corre a cargo de la Secretaría de Gobernación, a través del Registro Nacional de Población (RENAPO). Hay dos caminos para integrarla: quienes ya hayan entregado sus datos biométricos a alguna autoridad podrán autorizarlos para que se transfieran; en otros casos, la ciudadanía deberá acudir a módulos especiales que se habilitarán para registrar huellas y tomar la foto.
Además, se anunció la creación de una Plataforma Única de Identidad. Esta herramienta servirá para gestionar, verificar y consultar las CURP, y se conectará con otros sistemas del gobierno, como el del sector salud. También incluirá un plan especial para registrar los datos biométricos de niñas, niños y adolescentes.
El decreto otorga un plazo de 90 días para que instituciones públicas y privadas se adapten. Y quien no cumpla con las nuevas reglas —ya sea por no solicitar la CURP en un trámite o por rechazarla como identificación— se enfrentará a multas que podrían llegar hasta 20 mil veces el valor diario de la UMA.
Uno de los argumentos centrales del gobierno es que este documento permitirá cruzar datos entre dependencias, lo que facilitaría la identificación de personas no localizadas. Pero no todos están convencidos.
Jacobo Dayán, del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, ha expresado que esta reforma no resolverá el problema de las desapariciones. A su juicio, se trata más bien de una medida para ajustar las estadísticas oficiales. Por su parte, el analista Jorge Alcocer considera que añadir datos biométricos a la CURP no ayuda a encontrar a nadie. Más bien, advierte, podría ser el inicio de un sistema de control que termine concentrando toda la base de datos poblacional en manos de la Secretaría de Gobernación, incluso desplazando al INE.