Puebla, Pue.- Hoy peiné mi cabello por última vez. Salí a trabajar y no sabía que terminaría por donar 30 centímetros de cabello que servirán para una peluca, pero no de cualquier tipo sino una que da esperanza a una paciente con cáncer.
La que esto escribe no buscó convertirse en la noticia, pero con este pequeño relato intento motivar a que más personas se desprendan de un poco de lo que tienen, cabello o lo que sea, para apoyar a alguien que lo necesite más.
El panorama
Trabajo como reportera, así que hice lo de siempre: grabé la participación de las autoridades, en eso escuché datos reveladores: cada año se registran entre 230 y 250 casos de cancer de mama en Puebla y por está misma enfermedad fallecen alrededor de 306 personas en el mismo período.
Hoy es el Día Internacional contra el Cáncer de Mama, la situación desde luego ‘te pega’ anímicamente porque atrás de la grabadora está un ser humano y, en mi caso personal, una mujer que estadísticamente es más propensa a este tipo de enfermedad.
Pero para culminar el lugubre sentimiento un funcionario recitó: “Las queremos vivas, las necesitamos en la familia, en el ambiente laboral, con su participación ciudadana: son la base primordial de la sociedad”.
Esas últimas palabras y las cifras me convencieron de que debía de hacer algo, que más allá de mi labor de informar a veces es necesario ponerse del otro lado de la grabadora y aportar un granito de arena por alguien.
El paso es más sencillo de lo que parece
Ya decidida a hacer algo, seguí de cerca el recorrido de las autoridades por el taller “Tejiendo Ilusiones” del DIF municipal del municipio de Huauchinango, y fue ahí cuando escuché una invitación para donar cabello que se usaría en la elaboración de pelucas oncológicas.
Para una mujer el cabello suele volverse una muestra de vanidad, pero independientemente de los motivos, la mayoría de las mujeres que padecen cáncer sufren cuando ven caer su cabello a causa de las quimioterapias.
De inmediato les pregunté si mi cabello servía, porque claro, yo lo cuido pero finalmente para ese momento yo no sabía si debía cumplir con alguna característica especial porque cada campaña es distinta.
Afortunadamente mi cabello sí servía y ahora solo debía decidir qué tanto donar. Decidí entregar 30 centímetros de mí, ya que era el máximo que podía dar pues si hubiera tenido más sin duda lo habría entregado.
Ahí mismo me prepararon para cortarlo y fue cuando de repente escuché en el audio de que ya tenían a la primer mujer valiente en donar su cabello, y sí, era yo.
En ese momento el secretario de Salud, José Antonio García Martínez, la Directora General del Sistema Estatal DIF, Leonor Vargas Gallegos se acercaron a felicitarme, aunque al final de cuentas esto terminaría quedando en segundo plano.
Debo reconocer que con esta ocasión es la sexta vez que dono cabello, además en mi familia es una costumbre hacerlo, mi hermana Yolanda y mi mamá lo han donado en varias ocasiones para esta y otras nobles causas.
Yo lo done porque me nació, porque no puedes hacer menos al saber cuantas mujeres sufren por esta terrible enfermedad.
El cabello a mí me va a crecer otra vez y sé que con esta donación voy a hacer feliz a una mujer valiente y luchadora, sólo con el simple hecho de donar mi cabello.
Con esto, pido a mis amigas, compañeras y a todos los que puedan donar su cabello a que lo hagan, es por una noble causa y no importa cuántas veces lo hagan, siempre será imposible contener las lágrimas.
Si te interesa donar cabello, es importante que sepan que es necesario cumplir con requisitos como tener el cabello limpio y seco; debe estar natural y sin teñir; no debe de estar en capas; además debe medir mínimo 25 centímetros.