Ciudad de México.– Desde la madrugada de este jueves, el Centro Histórico amaneció blindado. Policías capitalinos y federales resguardaron cada acceso a Palacio Nacional ante la protesta convocada por maestras y maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quienes exigen la abrogación de la Ley del ISSSTE 2007 y la reanudación del diálogo con la presidenta Claudia Sheinbaum.
El contingente, proveniente de Oaxaca, Chiapas, Zacatecas y la propia Ciudad de México, arribó poco antes del amanecer al Zócalo capitalino. Durante su “Jornada Nacional de Lucha” de 48 horas, los docentes avanzaron por Correo Mayor y Moneda, donde comenzaron a golpear con las manos y objetos las vallas metálicas que rodean el Palacio, coreando: “¡Esta valla va a caer!”.
Entre empujones y consignas, algunos manifestantes intentaron derribar las estructuras. En respuesta, policías antimotines utilizaron polvo de extintores y un gas que provocó irritación ocular y picazón en la garganta. Durante varios minutos se vivieron momentos de tensión; un grupo de docentes formó una cadena humana para evitar el avance de los uniformados, mientras otro bloque de policías replegaba a los manifestantes.
Pedro Hernández, secretario general de la Sección 9 de la CNTE, acusó que los profesores fueron reprimidos y desmintió que exista un diálogo real con el Gobierno federal. “No hemos sido atendidos, nada está resuelto. Nuestra protesta fue pacífica y lo único que recibimos fueron gases y empujones”, denunció.
El dirigente insistió en que su movimiento mantiene tres demandas centrales: la eliminación de la Ley del ISSSTE 2007, la abrogación de la Reforma Educativa y un aumento al presupuesto destinado a educación. “Solo se hicieron parches mínimos, mientras las Afores siguen obteniendo ganancias millonarias”, señaló.
Tras la confrontación, los maestros continuaron su marcha hacia la Cámara de Diputados, donde instalaron un plantón temporal.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum explicó que la colocación de vallas en torno a Palacio Nacional busca evitar provocaciones y proteger tanto a los elementos policiales como al inmueble histórico. “Queremos prevenir que grupos violentos se infiltren en las protestas. Es una medida de precaución, no de represión”, aseguró.
Mientras tanto, el Centro Histórico continúa parcialmente cerrado y con presencia policial en puntos estratégicos, ante el llamado de la CNTE a mantener su movilización hasta que el Gobierno federal reinstale la mesa de negociación.
