El líder del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, rompió el silencio para desmentir las versiones oficiales sobre su presunto traslado voluntario a Estados Unidos el 25 de julio de 2024. En un comunicado emitido recientemente, Zambada negó haber pactado su entrega y afirmó que fue secuestrado y llevado a la fuerza por un grupo armado.
De acuerdo con su relato, la serie de eventos comenzó cuando Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, lo convocó a una reunión que tenía como propósito resolver disputas entre figuras políticas de Sinaloa. La cita estaba fijada para las 11:00 a.m. en un rancho denominado Huertos del Pedregal, en las afueras de Culiacán. Aunque llegó acompañado de su equipo de seguridad, Zambada asegura que fue emboscado al ingresar a una sala del lugar, donde un grupo de hombres lo golpeó, esposó y obligó a subir a una camioneta, en la que sufrió múltiples agresiones físicas.
Posteriormente, según su testimonio, fue trasladado a una pista de aterrizaje ubicada a unos 20 o 25 minutos del rancho, donde fue forzado a abordar un avión privado que lo llevó a El Paso, Texas, en un vuelo de aproximadamente dos horas y media. Allí, asegura, fue entregado a las autoridades estadounidenses en contra de su voluntad.
Durante una conferencia de prensa, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, confirmó que Zambada fue trasladado sin su consentimiento y añadió que Joaquín Guzmán López fue quien se entregó voluntariamente.
Zambada también expresó su preocupación por la información proporcionada por las autoridades de Sinaloa, que indicaba que Héctor Cuen, un amigo cercano, había sido asesinado en una gasolinera esa misma noche en un aparente intento de robo. Zambada refutó esta versión, afirmando que Cuen fue ejecutado en el mismo lugar y momento en que él fue capturado, junto con otros amigos y colaboradores de los que no se ha vuelto a tener noticias.
Finalmente, Zambada hizo un llamado a los gobiernos de México y Estados Unidos para que aclaren los hechos y revelen la verdad sobre su secuestro y la muerte de sus compañeros. Asimismo, pidió a la población de Sinaloa mantener la calma y evitar actos violentos, subrayando que “la violencia no es la solución”.
Esta declaración genera serias dudas sobre la narrativa oficial de los hechos y abre un nuevo capítulo en la compleja relación entre México y Estados Unidos en su lucha contra el narcotráfico. La Fiscalía de Sinaloa había informado previamente que Héctor Melesio Cuén Ojeda fue asesinado durante un intento de robo, pero Zambada insiste en que el homicidio ocurrió en el sitio de la reunión pactada.
Además, Zambada reveló que, en el momento en que fue emboscado, se dirigía a una reunión con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y con Héctor Melesio Cuén Ojeda, quien fue asesinado horas antes de que el narcotraficante mexicano fuera trasladado a Estados Unidos.