La escalada de violencia en Puebla y en el país se ha convertido en un tema de constante preocupación, una realidad que el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, denunció durante su homilía dominical en la Catedral. En un enérgico llamado a la paz, el líder eclesiástico lamentó los asesinatos de dos periodistas en Colima y Michoacán, así como el reciente hallazgo sin vida de Luis Ángel en la capital poblana, una víctima más de la creciente inseguridad que sacude a la entidad y a toda la nación.
En su sermón del 3 de noviembre, Sánchez Espinosa pidió a la comunidad unirse en oración por Luis Ángel, joven de 22 años cuyo cuerpo fue encontrado en el Río Atoyac el pasado 26 de octubre, tras permanecer desaparecido durante días. Su desaparición ocurrió después de haber visitado un bar en la Avenida Juárez de Puebla, un caso que ha generado indignación y temor entre la ciudadanía, recordando la vulnerabilidad de los jóvenes en entornos de riesgo.
El arzobispo también expresó su dolor por los asesinatos de Mauricio Cruz Solís y Patricia Ramírez González, periodistas que perdieron la vida en episodios de extrema violencia mientras realizaban su labor informativa en Michoacán y Colima. Cruz Solís fue atacado por sujetos armados luego de cubrir un incendio en el mercado Tariácuri, mientras que Ramírez González fue baleada en un establecimiento donde trabajaba. Estos hechos ponen de relieve los peligros que enfrentan aquellos que se dedican a informar, especialmente en zonas afectadas por el crimen organizado.
Durante su mensaje, Sánchez Espinosa mencionó la creciente amenaza que enfrentan periodistas, sacerdotes y madres buscadoras, sectores que suelen convertirse en blanco de agresiones debido a su trabajo o activismo. Enfatizó que esta violencia no solo afecta a quienes son atacados directamente, sino que debilita la paz social y el tejido comunitario, por lo que instó a la sociedad a no ignorar estos actos que diariamente marcan a las familias mexicanas.
El prelado recordó también la importancia de mantener viva la memoria de los fallecidos. En vísperas de las festividades de Todos Santos y Fieles Difuntos, que fueron celebradas el 1 y 2 de noviembre, subrayó que aunque pasen los años, la iglesia sigue recordando a quienes han partido. “Aunque pasen generaciones, la iglesia no olvida a sus fieles difuntos”, señaló, agradeciendo a las comunidades su devoción y la preservación de estas tradiciones.
Sánchez Espinosa aprovechó para reiterar su llamado a las autoridades, instándolas a no ignorar la situación de violencia que azota al país. En varias ocasiones, el arzobispo ha hecho un fuerte llamado a combatir la inseguridad, subrayando que la indiferencia institucional solo agrava la crisis. Con su homilía, exhortó a que la búsqueda de justicia y el respeto a la vida sean el centro de atención en el actuar gubernamental.
La voz del arzobispo se une al clamor social en Puebla, donde la violencia parece no dar tregua. Los recientes crímenes, que han dejado a familias en duelo y a comunidades conmocionadas, reflejan un entorno que exige respuestas inmediatas y contundentes.