Redacción.- Puebla es una de las ciudades con mayor índice de accidentes viales en el país pero a pesar de ello la zona metropolitana tolera la práctica de los arrancones, que son carreras ilegales de automóviles que se realizan en distintas vialidades, poniendo en riesgo la vida de los conductores, los pasajeros y los transeúntes.
Aún más grave resulta que los arrancones son organizados y difundidos impunemente por grupos de jóvenes aficionados a la velocidad y la adrenalina, que usan las redes sociales para convocar a sus seguidores y retar a sus rivales.
Estos grupos forman parte de clubes de autos, que se reúnen en estacionamientos de plazas comerciales, terrenos baldíos o lugares emblemáticos de la ciudad, como los Fuertes de Loreto y Guadalupe o el estacionamiento de Soriana Hermanos Serdán, para exhibir sus vehículos modificados y prepararse para las carreras.
Las vialidades más utilizadas para los arrancones son el Bulevar Hermanos Serdán, la Calzada Zavaleta, el Camino Real a Cholula, el Circuito Juan Pablo II, la carretera federal Puebla-Atlixco, la carretera federal Puebla-Tehuacán, la Vía Atlixcáyotl, el Periférico Ecológico y la autopista Puebla-Atlixco.
Estas vías son elegidas por su amplitud, su iluminación y su flujo vehicular, que varía según el horario y el día de la semana, y aunque los arrancones se realizan principalmente por las noches y los fines de semana, cuando hay menos tráfico y menos vigilancia policial, es posible ver corredores furtivos incluso durante el día.
Fuentes consultadas por Callejero Noticias confirmaron que los participantes se comunican por teléfono o por internet para avisarse de la presencia de las autoridades o de algún reporte ciudadano al 911.
Así, aparentemente, logran evadir los operativos de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSP) y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), los cuales hasta ahora han sido insuficientes para frenar esta actividad ilícita.
Los arrancones no solo representan un peligro para la seguridad vial, sino también para la salud pública pues los jóvenes que participan en estas carreras suelen consumir bebidas alcohólicas y otras sustancias que alteran su capacidad de conducción y de reacción.
Los arrancones son una expresión de la falta de cultura vial, de educación y de oportunidades para los jóvenes, que buscan en la velocidad una forma de diversión, de escape y de reconocimiento.
Sin embargo, esta práctica conlleva graves consecuencias, como accidentes, lesiones, muertes, daños materiales, multas, arrestos y sanciones administrativas.
Para combatir este problema, se puede concluir que se requiere de una mayor coordinación entre las autoridades estatales y municipales, así como de una mayor participación de la ciudadanía, que denuncie y rechace estas actividades ilegales.
También se necesita de una mayor educación y concientización sobre los riesgos y las responsabilidades que implica conducir un vehículo, así como de una mayor oferta de espacios y actividades recreativas, culturales y deportivas para los jóvenes, que les permitan desarrollar sus talentos y potencialidades de forma positiva y segura.
Adicionalmente, urgen sanciones ejemplares a aquellos que usan las redes sociales para convocar a este tipo de eventos o para difundir las carreras, pues se trata de un acto ilegal que viola varios puntos de los reglamentos de tránsito sin que se apliquen los correctivos establecidos en la ley.