Redacción.- Este lunes pinta para convertirse en un día histórico para el Vaticano ya que en un documento de trabajo publicado esta mañana se plantea la ordenación sacerdotal de hombres casados para poder garantizar los sacramentos en las zonas asiladas, como la de la Amazonia, en concreto.
Esta Idea ya había sido planteada por el Papa en otras ocasiones y que en caso de aprobarse en la próxima reunión de octubre seria un cambio trascendente en el catolicismo.
Pero la reforma se enfoca solo a las zonas donde no logra tener representantes ya que ni Francisco ni la Iglesia plantean la abolición del celibato entre sacerdotes a corto o mediano plazo.
“Prefiero dar la vida antes que cambiar la ley sobre el celibato”, señaló el santo padre por los meses de enero, asegurando que jamás se produciría durante su pontificado. Pero en caso de aprobarse puede servir de prueba.
La escasez de sacerdotes es especialmente grave en la Amazonía, que comprende parte de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guayana, Surinam y Guayana Francesa, y donde la Iglesia Católica experimenta muchas dificultades y donde casi el 70% de las comunidades de la región no tiene acceso a la misa semanal.
Ante este problema algunos sacerdotes respaldan la propuesta de recuperar la vieja figura llamada viri probati: hombres casados con fe demostrada que puedan ejercer las funciones de cura en dichas comunidades.
El documento de trabajo, titulado Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y por una ecología integral insiste en que “el celibato es un don para la Iglesia”.
Pero se pide que “para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana”.
La escasez de vocaciones y la creciente teoría de que la plaga de abusos que sufre la Iglesia está causada, en parte, por la imposibilidad de los sacerdotes de mantener relaciones sexuales, han encendido últimamente este debate. También el del papel de la mujer en la Iglesia.
Las instrucciones de trabajo publicadas hoy, de hecho, hablan de “promover vocaciones autóctonas de varones y mujeres” y sobre todo de “indígenas que prediquen a indígenas desde un profundo conocimiento de su cultura y de su lengua”.
Además, se emplaza a los obispos a “identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica”.
Además de la apertura al sacerdocio de hombres casado, el texto hace una llamada a la protección del medio ambiente, y alerta sobre la deforestación de la Amazonía, la minería ilegal y los proyectos de desarrollo que amenazan las culturas nativas y un ecosistema que resulta vital para el planeta.