Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
Enrolado en su papel de candidato presidencial, Adán Augusto López regresará este viernes a Puebla luego del despropósito que protagonizó hace un par de meses cuando aceptó la invitación de Ignacio Mier a comer chiles en nogada en el Restaurante La Noria sin correrle la cortesía política al gobernador Miguel Barbosa de informarle sobre su visita a la Angelópolis.
Ya sea por dolo o por omisión, López Hernández olvidó uno de los principios básicos de la política nacional.
Y es que, el secretario de Gobernación federal, quien llegó al Palacio de Bucareli con grandes expectativas para pronto diluirse en su nerviosismo por alcanzar a Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard en la carrera por la candidatura de Morena para lo comicios presidenciales del 2024, pasó por alto que el jefe político en Puebla se llama Miguel Barbosa y que, por más que Nacho Mier lo intente sin ningún éxito, su figura no es contrapeso ni está en el mismo nivel que el mandatario poblano.
Uno solo hay uno.
Tras una serie de cálculos y luego de recibir las reprimendas públicas de Barbosa Huerta, el titular de la Segob comprendió que apadrinar a Mier Velazco, quien sigue atrapado en una espiral descendente por el escándalo de lavado de dinero en el que están involucrados los presos Arturo Rueda, Daniel Tavera y Francisco Romero, no podía tener buen puerto como destino.
Nada que involucre al diputado federal puede terminar bien.
Ignacio Mier tiene el talento nato de estropear todo lo que toca.
Esto sucedió con su relación con Adán Augusto López, quien jamás tuvo el arrojo de destapar abiertamente al coordinador de Morena en San Lázaro para abanderar al partido marrón en Puebla.
La afrenta contra el gobernador Barbosa de apoyar a Nacho Mier era un riesgo con fuertes repercusiones que el tabasqueño no quiso asumir.
En pocas semanas del encuentro en La Noria, las circunstancias son otras y diametralmente diferentes con las que Mier engañó al secretario de Gobernación.
Moisés Ignacio a diario se sigue desinflando y jamás logró despegar ni colocarse como una opción seria en Morena para representar sus siglas y colores en los próximos comicios sucesorios.
Ante su incapacidad y falta de oficio, Adán Augusto López desplazó a Nacho Mier de todas las negociaciones en la Cámara de Diputados y fue él quien logró que, junto con los votos del PRI, el pleno de San Lázaro aprobara la militarización del país.
Mier Velazco, tras su informe de labores legislativas, regresó a su ínfimo tamaño político y ninguno de sus destapes terminó por funcionar.
Además, el legislador fue arrasado en la interna de Morena de hace unas semanas cuando el barbosismo lo arrolló y lo exhibió como un pésimo operador territorial y un vilipendiado líder político.
El regreso de Adán Augusto López a Puebla en el marco de una mesa de dialogo con los diputados locales de la alianza Juntos Haremos Historia para que el Congreso del estado dé su voto a favor de la militarización del país avalada ya por el Congreso del estado, será una suerte de tratado de paz y disculpa pública con Miguel Barbosa, quien también participará de este encuentro con los legisladores de Morena, PT y Verde Ecologista.
López Hernández, sobra decirlo, llegará a territorio poblano con las banderas blancas desplegadas.
Nacho Mier quedará más solo que nunca.
Su gallo para la presidencia prefirió doblar las manos ante el gobernador Barbosa que seguir apadrinando sus nulas aspiraciones para hacerse de la candidatura del Movimiento Regeneración Nacional en Puebla.
Las querencias de Adán Augusto no pueden estar por encima del proyecto nacional de la 4T en México y Miguel Barbosa es uno de los sargentos con los que Morena sacará adelante la continuidad del lopezobradorismo por otro sexenio más.
En las sumas y restas pesa más la marca Barbosa que la decadencia de los Mier.
Matemáticas básicas.
Adán Augusto, del despropósito a las disculpas públicas.