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A 55 años de Agustín Lara, el poeta que convirtió a México en bolero

Cada 6 de noviembre, México recuerda a Agustín Lara, el compositor que hizo del bolero un lenguaje universal. Nacido en Tlacotalpan, Veracruz, en 1897 y fallecido en 1970, Lara dejó un repertorio que supera las 600 canciones y una huella cultural que sigue presente en radios, cine, serenatas y canciones de despecho que todavía se cantan como si hubieran sido escritas ayer.

Su trayectoria marcó una época. Temas como Solamente una vez, María Bonita o Granada no solo se volvieron clásicos, sino que cruzaron fronteras y fueron interpretados por voces como Pedro Vargas, Toña la Negra, Frank Sinatra y Plácido Domingo. Para el musicólogo Ricardo Miranda, investigador de la UNAM, “Lara no solo componía, narraba emociones colectivas; su obra es un mapa sentimental de México y del mundo” (Revista de la Universidad de México, UNAM).

Del escenario a la memoria popular

Antes de convertirse en leyenda de la composición, Lara fue pianista en cafés, cabarets y estaciones de radio. Su voz inconfundible, acompañada por un estilo bohemio, lo posicionó en la llamada Época de Oro de la música y el cine mexicano. No solo musicalizó películas, también actuó en varias producciones, consolidando su figura como símbolo del romanticismo latinoamericano.

El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL) destaca que su obra “transformó la identidad musical del país, llevando el bolero a un estatus cultural comparable con el tango argentino o el son cubano”. Así, lo que para otros eran géneros, para Lara fue un puente emocional entre México y el mundo.

Un legado que sigue sonando

Décadas después de su muerte, su influencia permanece vigente. Plataformas digitales han reavivado su catálogo entre jóvenes, y ciudades como Tlacotalpan mantienen homenajes con festivales, tertulias y música en vivo. La fonoteca del INAH resguarda grabaciones originales que permiten entender la evolución de su estilo, considerado un referente obligado del bolero latinoamericano.

“Agustín Lara está en el ADN musical del país, como las serenatas en balcones o las canciones que curan rupturas”, afirma la periodista musical Elena Poniatowska en distintos ensayos sobre cultura musical mexicana.

Hoy, a 55 años de su partida, su obra sigue siendo el mejor recordatorio de que la música también es memoria afectiva: narra, acompaña y conecta generaciones. Lara no solo compuso canciones, escribió la banda sonora de un país que aún se reconoce en cada verso enamorado.

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